Momento de Cruzar El Mar Rojo
Dios cumplía lo que había prometido y ya era el periodo que él había determinado para que salieran de Egipto. Por un momento sus corazones debieron temblar y sentir intimidación cuando vieron que en el justo momento en que iban a atravesar el Mar Rojo, les seguía nuevamente el ejército de Faraón. Esa escena debió ser algo increíble, creo que no hay película que logré describir perfectamente por más efectos que utilice lo que allí estaba pasando. Pero aunque esto estaba pasando, aunque tal vez el pueblo sentía temor y había preguntas en su mente, Dios ya había dicho una palabra y esa palabra sería cumplida sin importar la oposición que se levantara.
Hay ocasiones en las cuales estamos como aquel pueblo de Israel, frente al Mar Rojo, a pasos de conquistar nuestra bendición y promesa. Es entonces cuando el enemigo viene a tratar de sembrar el pánico y traer oposición para que nos paralicemos. Vemos detrás un ejército, las aguas del Mar Rojo de nuestras situaciones y problemas. Entonces observamos atrás y adelante y parece que nos encontramos entre la espada y la pared. Clamamos nuevamente ante Dios por ayuda. Le decimos como una vez exclamó Pedro: “sálvame que perezco”. Y Dios de alguna manera nos hace saber lo que le hizo saber a Moisés y al pueblo en aquella ocasión. “No es el momento de clamar, es el momento de actuar. Ya has orado lo suficiente, pero ahora te toca poner la fe que dices tener en mí a prueba. Extiende tu vara para que veas como las aguas se abrirán y podrás pasar ese gran mar en seco”.
Hermano y hermana, el milagro está a punto de acontecer, no caminamos por vista, sino por fe porque hemos aprendido a conocer y a creer en el Dios al cual le servimos. Yo sé lo difícil que resulta, lo agotador que muchas veces puede ser. Pero cuando Dios va a hacer algo en nuestras vidas, nadie lo puede detener, excepto nosotros mismos. Entonces no seamos nosotros mismos los causantes de nuestras ruinas. Hoy más que nunca Dios quiere que atravieses el “Mar Rojo” de tus circunstancias, problemas, tristezas, enfermedades y males, porque cuando lo hagas vas a ver cosas grandes, vas a experimentar la gloria de Dios en tu vida cual nunca antes.
Aquel ejército que perseguía al pueblo de Israel quedó derrotado y en vergüenza. Yo creo que allí fue el momento donde comprendieron que con los hijos de Dios nadie se mete porque llega el momento en que Dios mismo pelea por ellos.
Y cuando eso sucede, ¡ay, ay, ay! Por tanto no te quedes estático porque el mar este frente de ti y detrás vengan tus enemigos, reacciona y actúa, tus ojos verán lo que acontecerá.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito para www.brendalizaviles.com – www.devocionaldiario.com – www.destellodesugloria.org