Tema: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo»
Texto: San Juan 21: 17
En varias ocasiones me han preguntado: “¿Por qué haces todo lo que haces?”, y no tengo otra respuesta que decir: “Porque amo a Dios y estoy agradecido de lo que ha hecho de mi vida”.
Y es que no hay otro motor que mueva el corazón del hombre al servicio que el amor por Jesús.
Personalmente estoy agradecido de lo que Dios ha hecho en mi vida, puesto que aun cuando mi vida no era una vida dada al desorden, aun así necesitaba el amor y el perdón de Dios sobre mi para que le diera un verdadero sentido a mi vida.
En muchas ocasiones he sentido el deseo de no hacer esto o no hacer aquello, pero cada vez que quiero dejarlo de hacer, el amor que siento por Cristo inunda mi ser y me mueve a hacer aquello que humanamente ya no quería realizar.
Y es que la motivación de mi vida se llama JESÚS, aquel que me ha regalado los mejores momentos de mi vida, el que me ha dado una hermosa familia y todo lo que tengo, mi vida gira alrededor del Señor, no logro imaginarme sin El, no pasa por mi mente ni un segundo olvidarme de El, ni siquiera dar un paso atrás, porque aun con mi errores y defectos, se que Dios tiene el poder de perfeccionarme para estar listo el día que el venga por mi.
Y es que se puede servir al Señor sin sentir un verdadero amor por El, pero JAMÁS será comparado al servicio que tu realizas porque realmente lo amas y porque realmente estas agradecido por lo que El ha hecho en tu vida.
Tú puedes tener mucho dinero, puedes tener muchos bienes materiales, puedes tener todo lo que quieras, pero aun TODO eso no tiene el valor que tiene realmente el verdadero AMOR POR DIOS.
El amor por Dios no tiene precio y solo es producido por un corazón agradecido y que ha encontrado en El la razón de su existir.
Pedro se lo expreso de esta manera: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo” y Jesús le respondió: “Apacienta mis ovejas” (Juan 21:17). Es decir, si amas a Dios demuéstralo a través de lo que haces y no de lo que dices.
Quizá últimamente has estado meditando en dejar aquel privilegio que tanto anhelaste y que se te entrego para que lo hicieras de la mejor manera. Las criticas, el poco respaldo que has recibido de parte de las personas o quizá el simple hecho de pensar que lo estas haciendo mal te ha llevado a querer entregar lo que un día Dios te dio, mas en esta hora yo te pregunto: ¿Para quién lo haces?, ¿A quien le pediste ese privilegio?, ¿A quien le debes tu servicio?
Amados, no olvidemos que todo lo que tenemos proviene del Señor y que el único motor que nos tiene que impulsar a realizar nuestro trabajo ministerial es JESÚS.
No entregues lo que tanto anhelaste, que la critica no te venza, que el poco apoyo no te sea obstáculo, que los pensamientos de derrota no te ganen la batalla, lucha por lo que quieres hacer para el Señor, no te des por vencido tan fácilmente, mas aun cuando se trata de algo que esperaste por mucho tiempo y que lo anhelaste con todas tus fuerzas.
Que el amor por Dios te haga soportar cualquier obstáculo, que el ÚNICO MOTOR de tu vida se llame JESÚS y que el amor que sientes por El te haga sacar fuerzas donde no las hay.
Termino preguntándote lo siguiente:
¿Realmente amas a Dios?, no me lo respondas con Palabras, demuéstralo con hechos y la mejor forma es SIRVIÉNDOLE con todas tus fuerzas, sin desmayar.
Autor: Enrique Monterroza
Escrito para www.devocionaldiario.com