Preparándonos Para Poder Adquirir Ciudadanía en el Cielo
Chilo era una persona seria, pero cuando se sonreía lo hacía con el alma y se le dibujaba una gran sonrisa en la cara. Se veía muy en paz en aquel ataúd. Como alguien que duerme tranquilo y confiado, en serenidad sabiendo que lo espera un lugar celestial.
Si hubiera sabido que esto iba a pasar, creo que el domingo hubiera dedicado más tiempo a charlar con él y menos a mis deberes y ocupaciones. Porque el tiempo que pasas con la gente que quieres es valioso y no tiene cifras suficientemente grandes como para compensarlo. El tiempo no se detiene en ningún momento, se pueden agotar nuestras baterías, pero el tiempo corre, sin importarle nada. Yo creo que hay cosas que no se pueden dejar para mañana, porque mañana se vuelve tarde.
Por eso yo te insto a buscar las cosas que son imperecederas, porque aunque el hermano murió y dejó un vacío muy grande, la vida sigue su curso. El ya peleo y gano su batalla, pero a los vivos nos toca continuar defendiendo el campeonato para un día encontrarnos con nuestro Señor. Toma tiempo para pasarlo en familia, con tu esposo, esposa o hijos Dale tiempo a tus padres, toma tiempo para hacer aquellas cosas que te gustan y traen alegría a tu corazón. La persona puede morir, pero los recuerdos que dejaron permanecen con nosotros por siempre. Como dice la Biblia: “Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efesios 5:16). Y no solamente malos, sino que también cortos. Trata de hacer tu vida lo más llevadera que puedas. Haz bien a tus semejantes, trátate bien a ti mismo y busca de Dios hoy más que ayer, como si no hubiera más tiempo. Disfruta intensamente de la puesta del sol, de la salida de la luna, del brillo de las estrellas. Y de todo aquello que bien sabes que vale la pena.
Autora: Brendaliz Avilés
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