¿CUAL ES TU LEGADO?
2 Timoteo 4:7
Que momento más difícil para el Apóstol Pablo en enfrentarse a la gran realidad de que ya su tiempo en esta tierra se había terminado. Ya era cuestión de tiempo…quizás días, horas.
En ese momento de reflexión en su vida, lo vemos como un valiente; no como un cobarde, no expreso palabras de desanimo, ni de quejas en contra de «Aquel que lo llamo'».
Punto seguido comienza a desglosar los momentos de batallas físicas, emocionales y espirituales los cuales había enfrentado por el Señor. La expresión «buena batalla» es indicativa de que había sido una lucha intensa y que le había dolido en varios aspectos de su vida. Había sentido dolor y sufrimiento. Pero lo más hermoso de todo es que «había acabado la carrera». Cuantos había alcanzado a través de su fe, de su predicación, de su enseñanza, de tu testimonio. Hoy por hoy no ha habido ni habrá otro como el Apóstol Pablo «el Apóstol de los Gentiles». Su legado había tocado gentes, había cambiado generaciones. Una vida llena de logros y de satisfacciones personales
Y espirituales. No había huido en medio de las aflicciones, sino llego a su meta.
Su ultima expresión «he guardado la fe» es indicativa de su permanencia en lo que creyó. No le había hecho falta cambiar junto a la generación, sin embargo esta permanencia fue eficaz y poderosa. Guardar la fe es sinónimo de madurez espiritual; de un verdadero encuentro con el Señor.
Es necesario en estos días más que nunca mantenernos en lo que hemos creído, sin fluctuar y analizar nuestras vidas sobre el legado que estamos dejando a las futuras generaciones.
Nuestro testimonio y confianza en Dios siempre ha de ser clave para que otros alcancen la Salvación.
Autora: Lucy Carmona
Escrito para www.devocionaldiario.com
