Tema: «Si es ya, es ya»
Texto: Juan 10: 10
Muchas veces nos decimos, ya es hora, hoy termino esto o aquello, se acabo esta situación y otras cosas por estilo pero nada, puras palabras emotivas y hasta mil promesas desesperadas con tal de garantizarnos resultados de algo que no empezamos.
Por eso hoy la reflexión es : Dios manda que debemos aprender a no postergar las cosas para mañana y ser personas del «ahora». Dios nos manda a tomar decisiones radicales que traigan bendición en nuestras vidas, a disponernos para gestionar las debidas diligencias de acuerdo a nuestras metas y no pelechar más.
El mundo está lleno de simplistas, de perezosos, de intrigosos, de mentirosos, de murmuradores dedicados a vigilar y mal hablar de las bendiciones de los demás. Por ello no andemos más con personas que nos quitan la paz, personas insensatas que ya Dios te ha mostrado y tu no escuchas. Personas que sutilmente enredan en situaciones adversas y alejan la gran bendición que tiene Dios para cada uno de nosotros.
Es el momento para tomar las cosas de verdad pa’Dios como dicen los abuelos. Es el momento de poseer ese terreno, de iniciar el gimnasio, de abrir esa cuenta de ahorros, de inscribirse en la universidad, de gestionar proyectos si no hay empleo, de liberarse de las ataduras que no dejan caminar, de quitarse las piedritas del zapato que nos incomodan, de invitar a es@ que te gusta a comer un helado, de volver a congregrase, de volver a orar con disciplina, de ser activos y valientes, de ser osados y atrevidos para alcanzar lo que Jesucristo nos dejo a través de su muerte y resurrección.
Dejémonos de pensar, soñar y hablar, actuemos con responsabilidad y disposición para disfrutar realmente de lo que Dios tiene escrito para nosotros. Nada cae del cielo, Dios no respalda a perezosos ni quejumbrosos, Dios respalda a los valientes.
El examen no lo ganas con el libro debajo de la almohada, nada se aprende por osmosis. Debemos actuar con decisión, disponernos de corazón a iniciar ese camino que aunque para llegar al otro lado halla un rio turbulento, cuando estamos respaldados de Dios no hay poder humano que nos quite lo que es nuestro, osea la VICTORIA. Tu naciste para cabeza y no para cola, para líder y no para servil, para ser amado y no para mendigar amor, para dominar tus instintos y no ser juguete de ellos. Tu naciste para que te tiren piedras por tu buen fruto; no te dejes engañar. Levántate tu que estas dormido y escucha lo que Dios quiere decirte hoy.
Recuerda que el más grande vive en ti y puedes hacer lo que te propongas por medio de su poder. Empieza a reclamar la promesa de bendición para tu vida y veraz como los regalos de Dios te llegaran hasta que sobre y abunde. Ora, pide sabiduría y discernimiento a Dios y toma la decisión de ser una persona del «si es ya, es ya».
Autor: Paula Andrea Vega
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