Tema: “El mensaje de la Cruz”
Texto: 1 Corintios 1:17-25
Tenemos que predicar la justicia divina junto con el amor divino. Dios ama ciertamente al mundo, pero no puede ignorar el pecado de la humanidad (Juan 3.16). Él es justo, lo que significa que es perfecto. En su pura presencia no puede haber ninguna mancha de pecado. Una persona no puede llegar a las puertas del cielo arrastrando el bagaje de toda una vida de pecado, y exigir ser recibido. Dios no justifica el pecado, pero provee la manera de encargarse del mismo.
El Señor tiene un plan para hacer justo al pecador, que incluye tres hechos fundamentales. Primero: todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Luego, el alma que pecare morirá (Ezequiel 18.20; Romanos 6.23). Por último, la deuda de la persona es pagada por un sacrificio perfecto ofrecido a su favor (Juan 1:29). Dios satisfizo su propia justicia al poner nuestro pecado sobre Jesús, y permitiendo que Él muriera en nuestro lugar.
Tratamos muchas veces de simplificar el carácter de Dios, pero la verdad es que todos sus atributos hacen de Él, el Padre perfecto. La cruz simboliza más que su amor: también representa su sabiduría al diseñar un plan para mantener su santidad y justicia perfecta.
Autor: Charles Stanley