Tema: «El juicio de los creyentes»
Leer: 2 Corintios 5.9,10
Todos los creyentes estaremos delante de Cristo algún día, para ser evaluados por lo que fuimos e hicimos. Jesús revelará las cosas escondidas del corazón, y todos los motivos, y determinará el valor eterno de todas nuestras obras (1 Co 4.5). A diferencia de los tribunales terrenales, éste no será un tiempo para presentar una defensa; no habrá ninguna. En vez de ella, estaremos perfectamente de acuerdo con el veredicto del Señor.
El propósito de Dios con este juicio, será darnos el pago por lo que hayamos hecho, ya sea bueno o malo (es decir, sin ningún valor). Las buenas obras recibirán una recompensa, no así las que carecieron de valor. El Señor considerará tres asuntos en este juicio:
¿Cuánto conocimiento de la verdad tuvimos?
¿Cuántas oportunidades a lo largo de nuestra vida recibimos del Señor?
¿Qué hicimos con todo lo nos fue confiado por el Padre?
Derramaremos algunas lágrimas de pesar por las oportunidades perdidas para servir al Señor, pero las enjugaremos todas con su gran amor y su perdón.
La certeza del juicio futuro debería afectar nuestra manera de vivir ahora mismo. Si no somos cuidadosos, el ajetreo de nuestra cultura nos robará la motivación para vivir por aquello que tiene importancia eterna.
Tengamos una sola ambición en la vida: ser agradables al Señor.