Tema: «¿Estas dispuesto a pagar el precio de la santidad?»
Texto: Números 6: 8
En el capitulo seis del libro de Números encontramos todas los requisitos que una persona que deseara realizar el voto llamado de “nazareo” tenia que cumplir.
Dichos requisitos hablándolos en términos humanos y carnales eran difíciles de cumplir, pero solo los podía llevar a cabo una persona que estuviera completamente entregada al objetivo de querer ser totalmente santo para Jehová.
Uno de los requisitos que esta persona tenia que cumplir era el hecho de mantener su cabello sin que pasara navaja sobre el y esto lo podemos leer en Números 6: 5, ahora bien, este requisito era un requisito que le iba a ayudar a dicha persona a recordarse que tenia que ser santo delante de Jehová, entre algunos de los personajes bíblicos que cumplieron con tal acción tenemos a Sansón.
Si bien es cierto que el voto de nazareo era algo que se tomaba en cuenta en el antiguo tiempo, hoy en día todos aquellos que un día decidimos entregarle nuestra vida al Señor deberíamos cumplir. No hablo solo de mantener nuestro cabello sin cortar, sino que hablo del hecho de estar totalmente determinados a ser santos delante de Dios.
Hoy en día es fácil pecar y apartarse de la voluntad de Dios, el pecado esta a la orden del día, es ahí donde cada uno de nosotros deberíamos hacer un pacto con Dios de ser santos en medio de un mundo que ofrece pecado con mucha influencia.
Personalmente opino que ser santo es posible, todo esta en la determinación que tengamos delante de Dios de cumplirlo, ¿Por qué digo esto?, pues porque Dios nos ha dotado de armas poderosas para poder luchar esta guerra espiritual, hoy en día tenemos como armas utilizables la oración, el ayuno, la vigilia, la Palabra de Dios y sobre todo el testimonio que es el que nos ayuda a que lo que decimos profesar sea creíble.
Que lindo fuera que cada uno de nosotros dispusiéramos en nuestro corazón realizar el voto de nazareo, es decir decidir ser santos y agradables delante de Dios, lastimosamente la mayoría de nosotros utilizamos mas nuestro tiempo delante de Dios para pedir y pedir, y nos olvidamos de dar al Señor y cuando hablo de dar me refiero a darle a Dios la satisfacción de que procuramos ese día ser santos delante de Dios, que a lo mejor el enemigo quiso desviar nuestro propósito con muchas situaciones que nos puso en el día, pero que pese a todo eso logramos serle fiel y mantenernos santos delante de El.
Ser santos es aparto de y consagrado para, es decir: apartados del pecado y consagrados para Dios. Dios esta demandando de ti este día santidad, El quiere verte sonreír, puesto que el pecado lo que hace es robarte la imagen de Dios en tu vida, mas la santidad que Dios anhela que vivas es aquella que hermosea el rostro, es aquella que hace que de tu boca salgan palabras de vida que bendicen a otros y llena tu vida de unción fresca.
Amado amigo y hermano, esa santidad que representaba el voto del nazareo esta disponible hoy en día para todos aquellos que estén dispuestos a pagar el precio, ese precio puede ser dejar algún pasa tiempo, a lo mejor dejar alguna compañía, quizás sea dejar de frecuentar lugares que no te aprovechan para nada o a lo mejor dejar el acomodo espiritual al que has caído, ese precio a la carne no le parecerá, pero tu espíritu estará dispuesto a hacerlo, es por ello que te invito a que lo intentes, a que no te canses de intentarlo, a que busques cada día el ser santo y si fallas, vuélvelo a intentar y si nuevamente fallas, inténtalo nuevamente, Dios quiere personas que busquen a toda costa la santidad, aun a pesar de todos los obstáculos que se te presentaran.
¿Estas dispuesto a pagar el precio de la santidad?, si lo estas, te felicito, pues estas dando un paso enorme para agradar a Dios, ahora bien, si a tu mente vinieron muchos pensamientos que te desanimaron para tomar la determinación de ser santo, lo siento por ti, pues esos modelos de pensamientos no te permitirán alcanzar la voluntad de Dios.
Ser santos si es posible, mas aun cuando hay un corazón imperfecto que quiere buscar la perfección.
Autor: Enrique Monterroza
Escrito para: https://reflexionesydevocionales.blogspot.com