Tema: «El Testimonio de Lincoln»
Lectura: Lucas 24:13-27
Lincoln le contó a una multitud en su pueblo natal en Illinois: «Cuando salía de Springfield, le pedía a las personas que oraran por mí; no era cristiano. Cuando enterré a mi hijo, la prueba más dura de mi vida, no era cristiano. Pero cuando vi las tumbas de miles de nuestros soldados, fue allí y entonces cuando me consagré a Cristo. Sí que amo a Jesús». Las tragedias más dolorosas de la vida pueden llevarnos a una comprensión más profunda del Salvador.
Mientras dos hombres caminaban por el camino de Emaús, quedaron atónitos con el asesinato sin sentido de Jesús de Nazaret. Luego, un extraño se les unió y les dio una profunda compresión bíblica acerca del Mesías sufriente (Lucas 24:26-27). El extraño era Jesús mismo, y la ministración que les impartió les trajo consuelo.
El dolor puede señalarnos de una manera especial al Señor Jesús, quien ha participado de nuestros sufrimientos y puede traer significado al dolor aparentemente sin sentido.
Reflexión: El sufrimiento puede enseñarnos lo que no podemos aprender de ninguna otra manera.