Tema: «Canciones Bíblicas»
Lectura: Colosenses 3:15-17
Si bien a algunos de nosotros nos cuesta memorizar versículos de la Palabra de Dios, algo en nuestro cerebro nos ayuda a recordar las letras de las canciones. Si analizamos algunas de nuestras canciones y coros cristianos favoritos, encontramos que éstos se han derivado de las Escrituras. Por lo tanto, podemos usar el estímulo de la música para nuestra memoria para atesorar las palabras inspiradas por Dios en nuestros corazones (2 Timoteo 3:16).
Canciones tales como «Abre mis ojos, Señor» (Isaías 6:9-10), o algunos himnos muy conocidos tales como «En mi corazón he guardado tus dichos» (Salmo 119:11,105) se han tomado de la Biblia. Con estas palabras atesoradas en nuestra memoria, rápidamente una canción de alabanza surge en nuestros labios.
Sin importar qué tipo de voz tengas, cuando le vuelves a cantar a Dios las palabras de las Escrituras, es dulce música para Sus oídos.
Reflexión: ¡Los himnos son el incienso de un alma en adoración que alaba a Dios!