Tema: «RESERVADO EN EL CIELO»
Lectura: 1 Pedro 1:3-12
Faltando muy poco para la Navidad, alguien le preguntó a Catarina qué iba a recibir para Navidad. «Oh – respondió – ya tengo mi regalo. ¡Es una bicicleta que está en una caja debajo de la camioneta Bronco en el garaje!».
No sé que métodos usó Catarina para descubrir su regalo. Pero admiro su inquebrantable confianza en que la bicicleta era suya aun cuando todavía no la tenía en sus manos.
Esa confianza me hace recordar las palabras del apóstol Pedro: «[Dios] nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero» (1 Pedro 1:3-5).
¿Qué hay reservado para nosotros? Nuestra herencia, el cielo, y un legado más allá de toda descripción que descansa en la certeza de la vida eterna, «la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos» (Tito 1:2).
Reflexión: El futuro de un cristiano es tan brillante como las promesas de Dios.