Tema: «LA SORPRENDENTE RESPUESTA DE DIOS»
Lectura: Isaías 42:1-9
Isaías quería que Dios se comportara como lo había hecho en el pasado. Recordando en las Escrituras cómo Dios se había encontrado con Moisés en el monte Sinaí, Isaías anhelaba la repetición de dicha situación. Pero Dios ya le había dicho a Isaías que haría algo nuevo. «He aquí se cumplieron las cosas primeras, y Yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, Yo os las haré notorias» (42:9).
¡Jesús era «lo nuevo»! Efectivamente, Dios vino. Pero no en la época de Isaías. Y no de la manera dramática que éste anhelaba. «No gritará, ni alzará Su voz, ni la hará oír en las calles» (42:2). Vino en la modesta forma de un bebé.
Muchos de nosotros podemos recordar alguna situación en la que Dios respondió a nuestra necesidad de una manera asombrosamente oportuna. Al igual que Isaías, queremos que Dios vuelva a hacer lo mismo. Pero tal vez Él tenga otra cosa en mente. Al celebrar la humilde venida de Dios a la tierra, ten en cuenta que vino a cambiar nuestros corazones, no tan sólo las circunstancias a nuestro alrededor.
Reflexión: Puede que las respuestas de Dios a nuestras oraciones excedan nuestras expectativas.