Tema: «DILE NO A LA AUTOAYUDA»
Lectura: Jeremías 17:1-8
La idea de autoayuda es popular porque apoya la noción de que tenemos el control. En palabras del poema «Invicto: «Soy el amo de mi destino; soy el capitán de mi alma». ¡Pero no lo somos! Finalmente algo sucede que nos recuerda cómo es la vida cuando perdemos el control y ningún libro de autoayuda puede ayudarnos a arreglarlo.
Gracias a Dios, los cristianos no creen en la autoayuda. ¡Todo lo contrario! Para llegar a ser un cristiano es necesario que admitamos nuestra impotencia y reconozcamos nuestra total dependencia de Dios. «Separados de mi nada podéis hacer», dijo Jesús (Juan 15:5).
Los antiguos israelitas siempre estaban metiéndose en problemas por confiar en la fuerza humana en vez de apoyarse en Dios (Jeremias 17:5). Pero incluso después de sus fracasos, el Señor dijo: «Bendito es el hombre que confía en el Señor, cuya confianza es el Señor» (v.7).
Cuando circunstancias especialmente difíciles o tentaciones muy fuertes invaden nuestras vidas y nos recuerdan nuestra impotencia, tenemos a un Dios todopoderoso que iba a favor de aquellos que confían en Él.
Reflexión: Lo que sea que no comience con Dios terminará con fracaso.