Tema: «El Farmacéutico»
Lectura: 2 Samuel 12:1-14
Algunas de estas mismas preguntas probablemente surgieron acerca del rey David. Conocido como un hombre conforme al propio corazón de Dios, usó el poder de su cargo para tomar a la esposa de otro hombre (2 Samuel 11). Luego conspiró para asesinar al esposo. El hombre que murió era uno de los mismos oficiales militares de David que estaba lejos de casa luchando las batallas del rey. Podríamos ver las fallas de personas famosas para sentirnos mejor con nosotros mismos. Pero si nos sentimos bien acerca de los errores de los demás, no nos conocemos. La Biblia no nos habla acerca de los pecados de David para debilitar nuestro sentido de alarma moral, sino para ponernos a todos nosotros sobre aviso.
Los errores de los demás nos deben hacer estar más conscientes de nuestras propias debilidades y nuestra necesidad de la gracia de Cristo. Sólo con el conocimiento de nuestra debilidad dependeremos de la fortaleza de nuestro Dios.
Reflexión: La Biblia es un espejo que refleja cómo Dios nos ve.