Temas y Devocionales Cristianos

Cuando El Amor Supera Al Servicio

Cuando El Amor Supera Al Servicio

Lucas 10:41-42 -Marta, Marta -le contestó Jesús-, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará.

Marta estaba preocupada por algo realmente bueno e importante. Jesús venía a cenar a su casa y ella quería que todo estuviera perfecto. Todo tenía que estar impecable ese día. La comida en su punto, la ropa limpia y todo en completo orden. Ella sabía que «estaba sirviendo a Dios» y quería hacer todo de la mejor manera. El problema fue cometer un error muy pero muy común en el servicio al Rey. Mientras trabajaba para él, el trabajo se volvió más importante que su Señor. Lo que comenzó como un deseo enorme de servir a Jesús, sin darse cuenta se había convertido en una forma de servirse a sí misma… Se olvidó que la comida era para honrar a Jesús y no para quedar bien ella.

Es muy fácil y muy común caer en este error. Podemos servir en la iglesia con diferentes motivaciones. Podemos hacerlo por vanagloria, por inseguridad, por compromiso o para comprar el favor de alguien. Yo lo hice así muchas veces y sé que en el futuro tendré que revisar mis motivaciones. En esas ocasiones tuve que acercarme al Señor con vergüenza pero confianza y contarle lo que había en mi corazón. Lo bueno fue que él las cambió por la mejor motivación de todas: «El amor». Cuando el amor supera al servicio disfrutamos de lo que hacemos, no nos importan tanto los problemas sino el resultado final. Cuando el amor supera al servicio no estamos tan conscientes de qué es lo que los demás están haciendo sino de lo que nosotros debemos hacer. Jesús le dijo a Marta mirando a María: «Una sola cosa es necesaria y María la está haciendo». Ella se había puesto a pensar en las necesidades de Jesús, en sus expectativas. Intuyó en su corazón que a Jesús no le importaba tanto la comida ni lo que había bajo de la alfombra sino pasar un buen rato de palabras amorosas con sus amigas tan queridas. Y eso era lo que María le estaba dando.

Autor: Lucas Leys