Tema: ÁRBOL CONTRA OSO
Texto: Jeremías 8:4-12
Los osos y los árboles no fueron hechos para pelearse. Tampoco nosotros. Pero, por si fuera poco, las personas que fueron creadas para amar y servirse unas a otras se han dedicado a pelearse a lo largo de la historia.
Lo sorprendente, según el profeta Jeremías, es que incluso aquellos que conocen la ley de Dios pueden herirse unos a otros sin lamentarse. «Ninguno se arrepiente de maldad», informó ( 8:6 ). «Ciertamente no se han avergonzado» (v.12). Jeremías también expresó el asombro de Dios de que incluso las criaturas salvajes reflejan más sabiduría que aquellas que dicen «paz, paz» mientras se hacen daño (v. 7, 11).
Aquel que diseñó que las aves emigraran cuando Él lo ordenara (v.7) no sólo llama nuestra atención hacia nuestras malas acciones. Él ofrece llenar nuestro vacío con la plenitud de Sí mismo. Las alternativas son buenas: gracia por amargura, sabiduría por insensatez, paz por conflicto.
Reflexión: El arrepentimiento no sólo dice «lo siento», también dice «me alejo de mi pecado».