Errores de los cristianos del siglo XXI – Parte 2

ERRORES DE LOS CRISTIANOS DEL SIGLO XXI (Parte 2)

Lectura: Santiago 1:12-27

Por favor cambia tu mente a la forma de la de un niño para que puedas entender la Palabra que Dios tiene para ti hoy.

El libro de Santiago es un libro lleno de exhortaciones para la iglesia. Sus palabras tienen una vigencia permanente para la iglesia de cualquier época y, por tanto, tienen un gran significado para nosotros. El autor sabe señalar muy bien los errores que cometemos, así como la manera como debemos enfocarnos en su solución. A continuación, me gustaría que reflexionáramos sobre estos errores y hagamos una reflexión interna para no volverlos a cometer:

  1. Convivir con el pecado (Santiago 1:12-18)

Nos hemos vuelto permisivos con el pecado y hemos aprendido a convivir con él. Hemos aprendido a adoptarlo, a justificarlo y a apoyarlo. Dios ha establecido barreras en su Palabra, pero parece que nos hemos adaptado a esta sociedad y hemos aprobado que estas barreras se muevan. Dios es Santo y nos invita a participar de su santidad. Él no quiere que caigamos en la tentación, sino que confrontemos el pecado para luego recibir la corona de la vida que tiene preparada para nosotros.

Quisiera aclarar que cuando hablo de no ser permisivos con el pecado no estoy hablando de convertirnos en jueces de los demás y creernos tan puros que estamos en capacidad de juzgar las acciones otros; recordemos que Jesús nos enseñó a mirar primero nuestros propios pecados antes de considerarnos lo suficientemente justos para juzgar los de los demás.

  1. Incapacidad de escuchar (Santiago 1:19)

Al vivir en una sociedad basada en la competencia, es normal ver que todos quieren tener la razón cuando están debatiendo sobre cualquier tema. Nadie quiere perder, cada uno cree tener su propia razón y busca imponerla al otro. Esto es bastante común en la iglesia, sin importar la posición, parece más importante tener la razón e imponer nuestro punto de vista sobre algo que escuchar a la otra persona y entender su situación, pensamiento o perspectiva.

La sociedad nos ve inaccesibles, aunque esté sedienta de Dios. Puedes hablar con la mayoría de las personas y te dirán que sí creen en Dios, pero lo están buscando a Dios a su manera. Considero que, en gran parte, esto se debe a lo poco que la iglesia de hoy está abierta a escuchar los problemas y necesidades de las personas; y lo pronta que está para juzgar y señalar las fallas y los errores. Cuando te equivoques, ¿Te gustaría hablar con alguien que te critica o con alguien que te escucha y que te ayuda a salir adelante?, ¿Qué clase de iglesia queremos ser para la sociedad?

  1. Predicar y no aplicar (Santiago 1:22-25)

Hablar es muy fácil, pero debemos poner en práctica lo que predicamos para que nuestro ejemplo sea digno de seguir y nuestra predicación digna de escuchar. Es común encontrar personas que solo asisten a la iglesia, pero no ponen en práctica las enseñanzas de la Biblia que allí reciben. Imaginen por un momento lo hermoso que sería un mundo donde todos pusiéramos en práctica las enseñanzas de Cristo sobre el amor, la misericordia, la reconciliación, el perdón y la rectitud. Estoy seguro de que los problemas sociales que tenemos en la actualidad como la pobreza, la violencia, la inseguridad, la corrupción, entre otros; se solucionarían de inmediato.

Sin embargo, si nosotros como cristianos no ponemos en práctica sus enseñanzas, ¿Cómo esperaremos que la sociedad cambie?

  1. Religiosidad vana (Santiago 1:26-27)

Acerca de la religión, Santiago nos advierte que de nada sirve decir que somos cristianos si usaos nuestra lengua para maltratar a la otra persona, para juzgarla, para intimidarla, para cuestionarla, para criticarla o para dañarla; de igual manera, de nada nos sirve si la usamos para maldecir y para quejarnos.

También Santiago nos invita a reflexionar sobre lo que es la verdadera religión, quisiera citarlo literalmente porque considero que es algo digno de una reflexión especial: “La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.”

En una era donde los cristianos hemos ganado participación política y donde la clase política busca a pastores de grandes iglesias para influenciar al electorado; donde muchas iglesias gozan de una muy buena economía, yo quisiera que pensemos: ¿Qué hemos hecho, como iglesia, con ese dinero?, ¿Dónde está la misericordia?, ¿Es justo que un miembro de la iglesia tenga necesidad mientras el dinero se usa para otros fines?, ¿Dónde están las miles y miles de fundaciones cristianas que deberían existir para ayudar a los huérfanos, a las viudas y a las personas necesitadas?

Ahora quisiera preguntar a las personas que tienen una posición económica estable y tienen capacidad para apoyar económicamente a alguien: ¿Has apoyado este año a alguna fundación o causa benéfica?, ¿Has regalado un mercado a alguien necesitado este año?, ¿Has apoyado económicamente a alguien este año? No basta decir que somos cristianos, debemos comportarnos como tales.

QUE DIOS TE BENDIGA

“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará”

Salmo 1:1-3

Autor: Juan Felipe Caro Valencia

Escrito para www.destellodesugloria.org

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