Meditaciones: La Armadura de Dios

Tema: “La Armadura de Dios”

Texto: Efesios 6:11-18

Efesios 6:10-17  Por lo demás,  hermanos míos,  fortaleceos en el Señor,  y en el poder de su fuerza. 11  Vestíos de toda la armadura de Dios,  para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12  Porque no tenemos lucha contra sangre y carne,  sino contra principados,  contra potestades,  contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,  contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13  Por tanto,  tomad toda la armadura de Dios,  para que podáis resistir en el día malo,  y habiendo acabado todo,  estar firmes. 14  Estad,  pues,  firmes,  ceñidos vuestros lomos con la verdad,  y vestidos con la coraza de justicia,  6:15  y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. 16  Sobre todo,  tomad el escudo de la fe,  con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17  Y tomad el yelmo de la salvación,  y la espada del Espíritu,  que es la palabra de Dios; 18  orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu,  y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.

En esta oportunidad voy a hablarles bajo el tema Las Armas de nuestra milicia y la Armadura de Dios, para ello permítame primero explicarle lo siguiente, toda persona que empieza su vida en el Señor, lo que realmente está comenzando es una vida de guerra espiritual y en ella necesita ser adiestrado, pero además debe ser dotado de las armas correspondientes para la tarea.

El apóstol Pablo consciente de esta verdad, hace toda una explicación de cómo, con qué y contra quién pelear en la guerra espiritual de cada creyente.

Primero veamos lo que dice el vs. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne,  sino contra principados,  contra potestades,  contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,  contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Lo que primero Pablo destaca aquí es que la lucha espiritual, no es contra las personas o los seres humanos, sino contra entidades espirituales de maldad y de las tinieblas, pero además dice, que este mundo de maldad está altamente organizado y que los que lo integran, son muy poderosos con relación al hombre.

¿qué significa esto? Que el hombre es muy inferior en términos de comparación con las huestes espirituales de maldad, entonces ¿cómo podemos luchar contra estos seres y vencerlos si son más poderosos que nosotros? La respuesta es usando las armas que Dios nos da y vistiéndonos de toda la armadura de Dios.

Para que esto se lleve a cabo con éxito, debemos recibir tres cosas con mucha atención: 1) la Orden, vs 13 tomad toda la armadura de Dios 2) la Advertencia,  para que podáis resistir en el día malo y 3) la Esperanza, y habiendo acabado todo estar firmes.

Cuando estas tres cosas se observan con mucha atención en la batalla espiritual el final siempre será glorioso. Para que una batalla espiritual termine con gloria el soldado debe terminar firme, es decir, entero, ileso y de pie. Así es como se nos instruye que debemos terminar nuestra guerra espiritual, pero esto no sería posible sin la ayuda de la Armadura de Dios.

La Armadura de Dios.

Para explicar este tema interesante y vital de la guerra espiritual que llamamos la armadura de Dios, permítame clasificarlo en las siguientes partes:

1.El propósito de la armadura.

2.La conformación de la armadura.

3.La importancia de la oración en la armadura.

1.El propósito de la Armadura. El vs 13 nos dice: Por tanto,  tomad toda la armadura de Dios,  para que podáis resistir en el día malo,  y habiendo acabado todo,  estar firmes. El Propósito esencial de la armadura de Dios en el creyente, es estar preparado para resistir en el día malo. ¿cuál es el día malo?

Se lo explico, la biblia nos dice que todos los días son hechos por Dios, y que todos los días son santos, pero a ¿qué se le llama el día malo? Es el día en que satanás nos ataca con el fin de hacernos caer en alguna área de nuestra vida cristiana.

Por ejemplo, el día malo de Adán fue cuando comió del árbol de la ciencia del bien y del mal, el día malo de David fue cuando se acostó con Betzabé y pecó, el día malo de Daniel fue cuando lo arrojaron al foso de los leones, el día malo de José fue cuando sus hermanos lo vendieron como esclavo a Egipto, el día malo de nuestro Señor fue cuando lo aprendieron para crucificarlo.

Todos estos son ejemplos de la biblia en que algunos de sus protagonistas vivieron sus días malos, algunos de ellos pecaron en sus días malos, pero otros fueron fieles a Dios en ellos, ¿qué hizo la diferencia? Cuán preparados estaban cuando este día apareció.

Por eso Pablo dice, vestíos de toda la armadura de Dios para que podáis resistir en el día malo, es decir, que el día malo no te sorprenda sin armadura, cuando el día malo te sorprende sin preparación y sin armadura el final de la jornada puede ser dramático, pero si estás revestido de ella, al final estarás firme.

Todos tendremos que vivir nuestros días malos, pero el resultado al final dependerá de cuanto estás revestido de la armadura y de las armas de nuestra milicia.

Ahora veamos algo más, aun cuando la biblia llame a este momento el día malo, eso no significa que este será un día de 24 horas, el día malo puede durar unos minutos, unas horas, pero eventualmente durará algunos meses y en algunos casos varios años, el tiempo de duración del día malo dependerá de cuán preparados y revestidos estamos de la armadura de Dios para reaccionar contra él.

Por ejemplo a Daniel, el día malo le duró una noche, a Abraham y a Jesús les duró tres días, a David un año y a José 13 años, el tiempo de duración dependerá de cuán preparados estamos para cambiar el día malo y transformarlo en bueno.

El día malo sólo termina cuando nosotros podemos estar de pie y firmes, eso es lo que dice Palo, habiendo acabado todo, estar firmes. No se puede pasar por un día malo, y declarar que este ya terminó si todavía estás mal herido y en el piso.

Para que un día malo en tu vida termine, debes estar firme y sin heridas, si este no es el caso, entonces sigue peleando con toda la armadura de Dios porque el día malo no terminará hasta que tus heridas se cierren y tus pies estén firmes sobre la roca de la fe.

La Conformación de la Armadura. En esta parte vamos a estudiar ¿cómo esta conformada la Armadura de Dios? la armadura de Dios para el creyente esta compuesta de siete partes. Las primeras cinco realizan una labor defensiva, pero las dos últimas realizan una labor ofensiva, estudiémosla una por una.

Las cinco partes defensivas de la Armadura. 1) El cinto de la verdad, 2) La Coraza de justicia, 3) el Calzado del apresto del evangelio de la paz, 4) El Escudo de la fe, 5) El Yelmo de la Salvación.

El Cinto de la Verdad. El apóstol empieza su descripción de la armadura con el cinto de la verdad, el cinto en la armadura juega un papel importante en el soldado, ya que si éste no está bien sujetado todo lo demás carece de sentido, se lo explico.

Si un soldado en la época de los romanos no usaba un cinto bien apretado perdía  libertad de movimiento y las otras piezas de su armadura perdían consistencia puesto que estas dependían de un sujetador para que no cayeran, a este sujetador se le llamaba el cinto.

Pablo pone al cinto de la verdad en primer lugar en la armadura de Dios y esto no es casualidad sino que envuelve un mensaje claro, si se pretende ganar una batalla espiritual la primera arma que debemos utilizar es el cinturón de la verdad, porque si voy a ejercer autoridad espiritual sólo lo puedo hacer en la base de la verdad.

El diablo es mentiroso y padre de mentira, por lo tanto reconocerá una mentira tan pronto la vea, pero no podrá soportar la verdad de Dios y de su Palabra cuando esta hace aparición, por eso nuestra primera arma en la batalla espiritual, debe ser la verdad, por que todo lo demás depende de ella.

Muchas iglesias pueden predicar de Dios, pero si la base de su predicación no es la verdad de Dios, su mensaje podrá ser elocuente, altruista y bien intencionado, pero no tendrá poder, porque lo que le da poder al mensaje no es la retórica con la que se expresa, sino la verdad que la contiene.

No podemos predicar lo que se nos antoja, sólo podemos predicar lo que se nos ha enseñado en la Palabra, porque cuando la verdad de Dios es el eje central de mi mensaje, todo lo demás adquiere consistencia y genera poder y autoridad.

La Coraza de Justicia. Esta parte de la armadura tenía como finalidad proteger el corazón del soldado, por lo tanto su uso era vital en la guerra espiritual, Pablo nos dice que la coraza representa la justicia que hemos recibido de Dios en Cristo, y es esta justicia la que nos hace aceptos ante Dios, pero también nos hace inmunes ante Satanás cuando quiera herir mi corazón trayendo a mi memoria los pecados pasados.

Por eso Pablo dice que debemos vestirnos con la coraza de la justicia, porque no le quepa a usted la menor duda que cuando esté batallando contra las huestes de maldad satanás no vacilará en hacerle creer que no es digno de estar donde está y de hacer lo que hace, porque en el pasado fuimos pecadores.

No podemos negar ante satanás nuestro pasado, pero él tampoco puede negar nuestro presente, y nuestro presente se viste de justicia por causa de la sangre de Cristo que fue derramada para limpiar y quitar nuestro pecado.

Por eso en la guerra espiritual no te puede faltar la coraza de justicia, porque muchas veces escucharás la voz de satanás descalificándote para la victoria, pero la coraza de justicia en Cristo te dará identidad espiritual y protegerá tu corazón del pasado acusador.

El Calzado (El apresto del evangelio de la paz). Lo soldados romanos usaban sandalias que iban bien sujetadas por tiras de cueros a los pies y tobillos, esto le permitía ser muy ligeros en el campo de batalla, los pies en algunos pasajes de la Biblia como en este representan la evangelización de las almas perdidas.

Por eso Isaías. 52:7 dice:  ¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas,  del que anuncia la paz,  del que trae nuevas del bien,  del que publica salvación,  del que dice a Sion:   ¡Tu Dios reina!

Lo que el apóstol Pablo está tratando de decir es, que evangelizar no sólo es una tarea que debemos cumplir sino además un arma que debemos usar, sino la usamos estaremos en desventaja frente a nuestro enemigo. Veamos ¿por qué?

Pablo dice, que el evangelio que debemos predicar es el evangelio de la paz, ¿qué significa eso? Que para poder establecer la paz de Dios en un determinado lugar, debemos predicar el evangelio, sólo la predicación del evangelio trae paz al mundo, por eso predicar no sólo es una tarea que debemos cumplir, sino además un arma poderosa que debemos usar contra satanás.

El Escudo de la fe. El soldado romano usaba por lo general un escudo largo que podía cubrirlo casi totalmente, esta es la mejor representación de la fe en un creyente, nuestra fe debe cubrirnos y protegernos totalmente de los ataques de satanás, por eso la biblia dice. El justo por la fe vivirá, por que esta debe cubrirlo completamente.

Un soldado sin escudo era un soldado vulnerable, y un creyente sin fe será vulnerable cuando tenga que enfrentar los diferentes circunstancias y dificultades que está llamado a sortear.

Pero veamos algo más, pablo dice que el escudo de la fe debe ser empleado para poder apagar todos los dardos de fuego del maligno, esto es interesante, veamos ¿por qué?

Los dardos de fuego eran las flechas encendidas con fuego en la punta que se usaban para incendiar las ciudades y aldeas que eran tomadas por asalto, sin embargo cuando una de estas flechas penetraba el cuerpo de un soldado producía un daño permanente, veamos ¿por qué?

Cuando una flecha penetra alguna área del cuerpo obviamente abrirá una herida, sin embargo, si la flecha no había alcanzado algún órgano vital, el herido podía sanar y volver al campo de batalla, pero cuando la flecha que abría la herida era una flecha encendida con fuego, entonces el daño que dejaba era permanente, porque aún cuando la herida cerrara el fuego dañaba los nervios y los cauterizaba y la persona perdía la sensibilidad en esa parte del cuerpo para siempre.

Cuando el apóstol Pablo dice, que usemos el escudo de la fe para apagar los dardos de fuego del maligno, no lo dice por decir, lo dice por que él sabía que cuando un creyente empieza a darle lugar a la duda o a la incredulidad, su falta de fe puede cauterizar su confianza en Dios y volverse insensible a sus promesas.

Por eso hoy tenemos en la iglesia gente que ya no cree en nada de lo que se les predica por que los dardos de fuego del maligno han cauterizado su fe de tal manera que las promesas de Dios ya no surten efecto en ellos.

Por eso el apóstol hace un llamado a cubrirse con el escudo de la fe, por que si no vives por ella, es sólo cuestión de tiempo para que tus convicciones empiecen a cambiar y te vuelvas insensible a la Palabra  y empieces a negar la fe que un día profesaste.

El Yelmo de la Salvación. El Yelmo en el soldado no era otra cosa que el casco que usaban para proteger la cabeza del soldado, lo que Pablo está queriendo decir aquí es que una vez recibes la salvación debes proteger tu mente de pensamientos que te asaltarán y tratarán de poner en entredicho tu salvación.

Si tu corazón ha sido sincero y te has arrepentido de todos tus pecados el Espíritu Santo te dará un casco que te proteja que se llama seguridad de la salvación. ¿Qué es eso? Es un estado de paz con Dios que se logra cuando el hombre recibe al Señor Jesucristo como su salvador.

Nuestro Dios necesita poner esto en nuestro espíritu para que no sólo sepamos con nuestra mente que somos salvos, sino que además lo sintamos.

La seguridad de la salvación es una sensación que todo creyente debe sentir a penas se convierte, incluso mucho antes de conocer la doctrina de la salvación. La doctrina de la salvación se aprende con la mente, pero la seguridad de la salvación se siente en el corazón.

Un hombre salvo no necesita conocimiento teológico para saberse salvo, sólo necesita sentirlo, porque cuando recibe al Señor el Espíritu Santo le da un casco protector que se llama seguridad de salvación.

La seguridad de la salvación, sólo se pierde cuando se cometen pecados graves delante de Dios, ese fue el caso de David cuando pecó con Betzabé, por eso en el Salmo 51:12  dijo. Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.

David perdió el gozo de la salvación cuando pecó, pero Dios se lo devolvió cuando se arrepintió de todo corazón, Dios nos da el Yelmo de la salvación para que sintamos confianza en Él, pero de nosotros depende que no lo perdamos.

Estas son las armas que se nos dan para defendernos de los ataques de satanás, pero ahora estudiemos las dos armas que se nos dan para atacarlo, 1) La Espada del Espíritu y 2) La Oración en el Espíritu.

La espada del Espíritu. El apóstol dice que la espada del Espíritu corresponde a la Palabra de Dios, note que esta es un arma que sólo se le da al creyente, es decir, los únicos que pueden usar esta arma somos nosotros.

Satanás no tiene espada, el sólo tiene dardos de fuego, que con facilidad podemos apagar con un buen uso del escudo de la fe, pero en esta guerra espiritual a quien se le ha dotado de espada no es a satanás sino al creyente, es decir que en este combate el arma más ofensiva y letal no está en las manos de Satanás sino en las manos de los hijos de Dios. Aleluya.

Veamos lo que pasó en la tentación de Jesús, en el libro de Mateo capítulo 4 en adelante, se nos narra la forma en que satanás tentó a Jesús, pero en cada evento la respuesta a la tentación fue la misma, escrito está, es decir, el arma que usó el Señor fue la espada de la Palabra.

¿Por qué? La respuesta es una sola, es por la capacidad letal que tiene el arma poderosa de la Palabra de Dios. Satanás trató de usar contra Jesús la misma arma, pero no le sirvió de nada ya que no surtió efecto alguno, ¿Por qué? Porque esta arma sólo será eficaz en las manos correctas, es decir, en las manos de los hijos de Dios.

Por eso la Biblia es citada, memorizada y reflexionada por mucha gente, pero eso no le da poder a nadie, porque para que la espada de la Palabra contenga poder esta debe ser usada por creyentes nacidos de nuevo y llenos del Espíritu Santo.

Veamos algo más, Pablo dice que esta arma se la llama la Espada del Espíritu, ¿Qué quiere decir? Que el uso eficaz de la espada está limitada a la llenura del Espíritu Santo de aquel que la posee.

Se lo explico mejor, cuando los hijos de Dios estudiamos la biblia y la memorizamos esto trae un gran aporte a nuestro conocimiento de las Escrituras, pero para que el conocimiento de las Escrituras se vuelva un arma letal necesito la llenura del Espíritu Santo. Porque la llenura del Espíritu Santo convierte el conocimiento en revelación.

Es muy importante conocer la Biblia lo más que se pueda, pero conocerla mucho sin tener revelación de ella me convierte en teólogo y erudito, pero aún cuando conozca la Biblia de manera modesta, si recibo por el Espíritu revelación de ella eso me convierte en un agente peligroso para satanás.

La Oración en el Espíritu. Así como conocer la Biblia sin revelación sólo edifica mi mente pero no mi espíritu, de la misma manera orar sin la llenura del Espíritu Santo se vuelve un mero ejercicio religioso. Todas las religiones del mundo tienen en común la práctica de la oración, pero sólo los hijos de Dios llenos del Espíritu Santo hacen temblar un lugar cuando estos oran.

En Hechos 4:31 dice:  Cuando hubieron orado,  el lugar en que estaban congregados tembló;  y todos fueron llenos del Espíritu Santo, esto es de lo que estoy hablando, la oración nunca será más poderosa sino cuando se hace bajo la llenura del Espíritu Santo. A esto Pablo lo llama la oración en el Espíritu.

Pero además Pablo dice, que la oración en el Espíritu nos lleva a la súplica delante de Dios, veamos esto, suplicar por algo a alguien, no es sino la demostración del gran interés que tenemos por aquello por lo cual suplicamos. Se lo explico mejor, sólo la súplica por algo ante alguien, expresa el gran interés que tienen las personas.

Por eso la Oración en el Espíritu suplica ante Dios, por que con ello manifiesta que no es vacía ni artificial sino que es profundamente sincera, y que siente en carne propia el dolor y la necesidad de los demás.

Las personas pueden ser duras en su corazón y negarse a la solicitud de los demás, pero cuando alguien le suplica insistentemente y con sinceridad, difícilmente podrá negarse, esto es lo mismo que sucede en el corazón de Dios, no porque su corazón sea duro, sino porque algunas veces la falta es grave y no será fácil de perdonar, pero si alguien suplica con lágrimas y con sinceridad, no habrá forma de que el corazón de nuestro Dios no sea conmovido.

Y por último, la súplica de la que se habla aquí es la súplica a Dios, es decir, el objeto de nuestra súplica debe ser siempre Dios, pero es lamentable que los hombres prefieren suplicar a otro hombre para que les ayude en algún asunto, pero no traen su súplica a la persona correcta, que es nuestro Dios.

Cuando usted suplica a otro hombre algo es posible que logre su favor o su ayuda, pero aun cuando lo logre siempre perderá algo, perderá su dignidad y su amor propio, pero cuando yo suplico a Dios por mis necesidades y por las de los demás, lejos de perder dignidad, todo lo contrario la fortalezco y la incremento, ¿por qué? porque la biblia dice, que Él exalta al humilde y al quebrantado de espíritu.

Autor: Alfredo Campoverde

Escrito para: www.destellodesugloria.org

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