Ostras y Perlas

Ostras y Perlas

ostras y perlasImaginemos por un momento que somos unas ostras que vivimos en el fondo del mar, con apenas las condiciones necesarias para subsistir, que estamos expuestos a  muchos peligros en esas profundidades, y que de un momento a otros somos heridos o atacados por partículas extrañas con las que no estamos acostumbrados a tratar, es decir esas situaciones que nos forjan a crear en nosotros cosas que jamás imaginamos y mucho menos que seriamos capaces de hacer. Nosotros aun teniendo la capacidad, no la usamos para que  todo funcione a nuestro favor, sino que por el contrario dejamos que las pruebas nos venzan, pues la situaciones difíciles Dios las creo para sacar lo mejor de nosotros; Eso se da cuando entendemos quiénes somos, para que hemos sido llamados, y cuando sabemos cuál es nuestra función en esta tierra, solo así podemos convertir cualquier grano de arena en una hermosa perla.

El proceso de formación de una perla se da cuando partículas sucias (un grano de arena o un parasito) entran a la ostra y se quedan ahí, entonces esta ostra internamente su concha se encuentra recubierta con una sustancia que se llama nácar. Una vez es detectada esa suciedad dentro de la ostra, las células de nácar  comienzan a cubrir ese grano de arena o esa suciedad, con muchas capas de nácar para proteger a la ostra,  y como resultado  obtenemos una preciosa y valiosa perla. Existen diferentes tipos de perlas, varían en cuanto a tamaño, forma, color, brillo, pero no importando lo diferente que sean, todas tienen un gran valor.

Dios hizo todo perfecto, quien iba a pensar que de un molusco poco llamativo y que un simple e insignificante grano de arena, se iba a convertir en una hermosa, radiante y  valiosa perla.  Eso solo demuestra una vez más que Dios todo lo hizo con un propósito, nada se le escapo, entonces aun mejor serán los planes que tiene para nosotros.

Por lo tanto en vez de dejarnos amedrentar,  lo que debemos hacer es dar lo mejor, sacar ese nácar que llevamos dentro,  que de paso sirve para protegernos de lo que nos quiere hacer daño. Debemos seguir ese ejemplo de la ostra, que los obstáculos no determinen nuestra situación, y mucho menos nuestro fin, sino que al contrario los enfrentemos y seamos nosotros quien  determinemos no dejarnos hacer daño por nada.

Envolvamos todo de amor, aun a las personas que siempre intentan hacernos daño hay que cubrirlas con amor, esa persona puede convertirse, cambiar y llegar a ser mejor cada día, hasta convertirse en una gran perla, pues se consigue mucho mas con el amor que con la fuerza.

Claro, el proceso de formación de una perla, no se da de la noche a la mañana, se lleva su tiempo, según investigaciones puede llevar meses hasta años, obviamente dependiendo del clima, la temperatura y el tipo de ostra.

Quizás alguien que no sepa que lleva por dentro es una simple ostra, es como una persona que no sabe lo que lleva por dentro y no se considere de valor, hasta quizás sea menospreciado por su apariencia o sus capacidades, desconocemos el corazón de esa persona, el cual es mucho más valioso que una perla,  es solo que  no todo el mundo se da el privilegio de explorar y valorarlo.

Protagonizamos los dos papeles, el de la ostra productora (llevando el mensaje de Cristo, Ayudando a las ovejas a formarse y que logren dar lo mejor de ellas) y por otro lado somos  valiosas perlas,  porque somos producto que un Dios que nos envolvió con su amor y que cada día nos coloca una capa de amor, de paz, misericordia, perdón, sanidad y eso cada día nos da una cobertura fuerte y dura que nos protege y nos cambia de los que antes éramos, son roles los cuales podemos llevar a cabo a diario.,

Por lo tanto analicemos, ¿Que estamos produciendo?, no seamos unas simples ostras vacías, que no sabe con qué fin esta en este mundo  y que por ende se deja destruir por todo lo que llegue a su vida, sin producir nada; o por el contrario aunque no somos perfectos debemos considerarnos ostras productoras de perlas.

¨Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.¨

Malaquías 3:17 (Reina-Valera 1960).

Autora: Jessica Terán

Escrito para: www.destellodesugloria.org

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