Reflexiones: Volvamos a su cruz

Volvamos a su cruz

Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. Mateo 8: 34-35

Es ese el lugar que muchos olvidan q existió, que los salvo y que les dio sentido a su vida, ese ese rincón donde Un hombre sin merecer sufrió, y fue humillado, y no le importo, por amor, todo por amor, pudiéndose bajar, de esa cruz, prefirió hacer la voluntad de su padre, el más bueno y santo de todos, murió como la persona más vil y mala.

A muchas personas, ya no les conmueve ese episodio, ese agonía que Jesús padeció, y eso sucede cuando dejan ese primer amor, cuando vuelven a lugar de donde JESUS los saco un día, cuando dejan la relación con Dios, y la cruz se les empieza hacer más liviana, que problema cuando ¡LA CRUZ NO PESA YA!

Cuando da lo mismo, doblar las rodillas para orar, cuando se busca el mejor pretexto para ir alabar a esa persona que dio su vida por cada uno, cuando en una esquina se encuentra su palabra llena de polvo, cuando ya no está el hambre de Él, de su presencia, quizás fue emoción, o tal vez, se está volviendo más atractivo el mundo que SU PRECIOSA SANGRE DERRAMDA, porque se deja de valorizar lo que él hizo, porque se sueltan de su mano, Y ya no nos deja de dar escalofrió su pasión de camino al calvario.

Porque empiezan a dejar que el enemigo, los domine, con pensamientos, deseos y actos en los cuales despreciamos su muerte por nosotros.

Ya no se es Igual, cuando le primer amor se va, el vacio se nota cada vez más, se vuelve insensible a su presencia, ya no se depende del Señor como al principio, cuando ya no hay deseos ni pasión por su obra, y cuando nos vamos apartando poco a poco, nos alejamos de Cruz, la dejamos tirada, y quizás no de palabras, pero de testimonio a veces negamos a JESUS!

Menospreciamos su precioso sacrificio, su inmenso amor, al morir en el madero, cuando él lo dio todo por ti y por mí.

Cada vez que empecemos a hacer cosas que a Dios no le agradan, pongamos un alto, aunque sea demasiado tentador, recuerda solo su cruz, sus manos clavadas, su corona de espinos y su humillación todo por ti y por mí, por mi pecado, mi enfermedad, mi vida de oscuridad por todo lo malo que el quito, y jamás jugar con su sangre tan valiosa.

VOLVAMOS A SU CRUZ, para que vuelva a crecer esa pasión y ese anhelo por seguirle, por obedecerle y amarlo sobre todas las cosas, porque nos dio vida con cada gota de su sangre, porque es nuestro señor y salvador, vayamos a sus pies otra vez, para que nos cambie y haga otra vez! Diciéndole que la vasija se ha roto y que la vuelva a reparar como el mejor alfarero que es, que nos limpie y nos renueve, que perdone nuestro frialdad, y el habernos soltado de su mano, y por haber roto en mil pedazos los sueños junto con El.

Lentamente vamos a morir sin él, regresemos donde esta nuestro Lugar, abracemos esa cruz que nos ha dado vida, y nos distingue de los demás, porque nos tiene que identificar la esperanza del vivir con Cristo, y es tiempo de cambiar para bien, volviendo a esa primera vez que lo aceptamos como único salvador, esa decisión que tomamos y la experiencia de sentirse verdaderamente libre y en victoria y con gozo.

Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreo 12: 1-2

Autora: Kari Gazo

Escrito para www.destellodesugloria.org

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