Reflexión: Viviendo en Conflicto

VIVIENDO EN CONFLICTO

Cita bíblica: Romanos 7.18-25

Una verdad es muy cierta y que no acabamos de entender, que de una u otra forma somos esclavos, ¡síí!, así como lo estas leyendo podemos ser esclavos del pecado o bien tomar la mejor elección que es convertirnos en esclavos de Cristo Jesús y su doctrina, que no es otra cosa que convertirnos al evangelio y alcanzar las promesas que Dios a través de su Hijo le hizo a la humanidad, que es obtener la salvación, el perdón y la vida eterna. El apóstol Pablo en este libro escrito al pueblo romano nos revela el gran conflicto que libraba en su interior en contra del pecado; una lucha entre la carne y la mente (entre lo físico y lo espiritual), esta era constante y difícil para él como ser humano. El apóstol reconocía su naturaleza humana (pecaminosa) y la debilidad carnal que lo incitaba a pecar convirtiéndolo de esta manera en un esclavo; sin embargo su interior le indicaba que no era correcto lo que su cuerpo deseaba ya que lo orillaba a caer en pecado y volverse un ser cautivo del mal.

Esta misma lucha que libraba el apóstol 2000 años atrás aproximadamente, es la misma que libramos todos los seres humanos hoy día, ya sean conversos o inconversos, porque nuestra misma naturaleza humana que es pecaminosa muchas veces nos invita a pecar, ya sea por medio de una palabra (mentira, insulto o una blasfemia), con la mirada, con el pensamiento, con una acción o una actitud. Muchos/as piensan que pecar solamente es a través de la carne (el sexo en todas sus manifestaciones), pero no es así ya que el pecado se presenta de muchas formas; por ejemplo: Una persona que codicia lo que otro tiene, o bien, la que es envidiosa, la que murmura de otra persona, la que es rencillosa, la persona chismosa, la que es egoísta, el avaro, el despilfarrador, en fin hay un sinnúmero de formas manifiestas del pecado. Como ser humano yo sé que cada día sostienes una batalla en tu interior por tratar de no fallar a los tuyos, o a ti mismo, y en el caso de que ya conozcas el evangelio de no fallarle a Dios que es lo más importante. La mente tiene un poder incomparable en el hombre, ya que a través de ella puedes alcanzar la cima del éxito en todo lo que emprendas, o bien, puede ser que te lleve al mismo abismo de la derrota o el fracaso. Cuantas veces te has preguntado si lo que estas haciendo es correcto o incorrecto, si vale la pena intentarlo o no, si te animas a correr un riesgo, o bien mejor permanecer donde y como estas. Es ahí donde comienza tu lucha o el conflicto en tu interior, es entonces donde vienen los siguientes cuestionamientos ¿lo hago o no lo hago? ¿Lo tomo o lo dejo? ¿Lo acepto o lo rechazo? Esa lucha interna mi hermano es la que manifiesta el apóstol Pablo en su carta a los romanos, y es la misma que en un momento dado también tu presentas entre tu carne y tu espíritu, donde tu carne (tu cuerpo) te impulsa a hacerlo, y tu mente o tu conciencia te grita ¡¡NO LO HAGAS!! ¡¡Qué difícil resulta manejar el libre albedrío!! Sobre todo aquellos que aún no conocen de Cristo Jesús, del poder de su palabra, de las promesas y del gran amor que Él tiene hacia nosotros. Es por eso que el apóstol Pablo en los versos 24 y 25 declara < < ¡soy un pobre desgraciado! ¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la muerte? ¡GRACIAS A DIOS! La respuesta está en JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR.

Tú también mi hermano al igual que todos debemos agradecer por siempre a Dios, por habernos dado a su hijo amado en sacrificio para la salvación de la toda la humanidad; reconocer que por su sangre todos hemos sido perdonados, y que por su muerte nosotros gozamos de la promesa de vida eterna. Recuerda que en la vida todo es vano, pero no así la muerte de nuestro Señor, ya que a través de ella trajo la salvación a todos aquellos que en Él creen y así también la reconciliación con Dios.

A ti mi amigo que aún no te has acercado al Señor por razones diversas, hoy te digo que este es el día que Él destino para ti para que vengas a su lado, dobles tus rodillas, abras tu corazón y declares con tu boca que Jesús es el Señor; que delante de Él te arrepientas de todos tus pecados y te entregues a Él. Te puedo asegurar que en ese preciso momento te tomará en su brazos, te dirá a tu corazón hijo mío te estaba esperando para decirte que te he amado y te amaré por siempre; que nunca me he apartado de ti, que ya no estarás solo y que tus batallas YO LAS PELEARÉ por ti. Experimentarás una sensación tan hermosa, tus cargas y temores desaparecerán y gozarás de la paz que solo el Señor a través de su Santo Espíritu te puede dar. Te invito a que te atrevas a emprender esta aventura tan maravillosa y única y te garantizo en el nombre de Jesús que no te arrepentirás; porque todo aquel que se entrega a Jesús ¡¡vivirá!! Amén

Autor: Victor Culebro

Escrito para: www.destellodesugloria.org

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