No es tarea, es Placer

NO ES TAREA, ES PLACER

Cuéntase que recorriendo los caminos del país de Gales iba un ateo, el señor Hone; iba a pie y al caer la tarde sintióse cansado y sediento. Se detuvo a la puerta de una choza donde una niña estaba sentada leyendo un libro. Le pidió el viajero agua; la niña le contestó que si gustaba pasar su madre le daría también un vaso de leche. Entró el señor Hone en aquel humilde hogar donde descansó un rato y satisfizo su sed. Al salir vio que la niña había reasumido la lectura, y le preguntó:

— ¿Estás preparando tu tarea pequeña?

— No señor — contestó la niña—, estoy leyendo la Biblia. —

— Bueno ¿te impusieron de tarea que leyeras unos capítulos?

— Señor, para mí no es tarea leer la Biblia, es un placer.

Esta breve conversación tuvo tal efecto en el ánimo del señor Hone, que se propuso leer él también la Biblia, convirtiéndose en uno de los más ardientes defensores de las sublimes verdades que ella enseña.

Dice la Biblia: Dios dijo: «Todos los que tengan sed vengan a beber agua; y los que no tengan dinero vengan y lleven trigo, vino y leche sin pagar nada. Isaías 55:1 (Traducción Lenguaje Actual)

Hay una necesidad que va más allá de la física, y es la necesidad del alma. Todos, al levantarnos, desayunamos o buscamos satisfacer la necesidad del cuerpo, darle alimento significa que le damos vida, energía, y muchas veces comemos sólo por placer.

La comida cuesta dinero, dura poco tiempo y solo satisface necesidades físicas. Pero Dios nos ofrece alimento gratuito que nutre nuestra alma. ¿Cómo lo obtenemos? Vamos (55.1), oímos (55.2), buscamos y clamamos a Dios (55.6). La salvación de Dios se ofrece gratuitamente, pero para que nutra nuestras almas debemos recibirla con vehemencia. Moriremos de hambre espiritual sin su alimento, como sin duda moriremos de hambre física sin el pan diario. Te invito a leer la biblia, no por deber, sino por placer.

Dijo Jesús: 

 El último día de la fiesta de las enramadas era el más importante. Ese día, Jesús se puso en pie y dijo con voz fuerte: «El que tenga sed, venga a mí.  Ríos de agua viva brotarán del corazón de los que creen en mí. Así lo dice la Biblia.» Juan 7:37-38 (Traducción Lenguaje Actual)

Autor: Gustavo J. Iriart

Escrito para www.destellodesugloria.org

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