“La paz es el arma de guerra más poderosa”

“La paz es el arma de guerra más poderosa”

la paz “Bienaventurados los pacificadores”: pacificador es el que hace la paz, es alguien fuerte en Dios.

La gente de paz entra a una casa y la casa queda bendecida. Dios no nos hizo para pelear, sin para resolver los problemas.

¿Recuerdan la historia de Abraham y su  sobrino Lot? Lot prosperó a causa del tío, un día sus pastores empezaron a discutir,  Y Abraham tomó la iniciativa para llegar a un acuerdo y Lot fue moviendo las tiendas hasta Sodoma y Gomorra.

Lot representa: la  venda, el velo,  lo que no te permite caminar con gente de fe, es gente que decide mal, que termina en Sodoma.

Abraham acampó – Lot habitó

Lot se quedó a vivir ahí. Abraham se fue para la Tierra Prometida. Hoy estoy acá pero mañana estaré en otro lado. Dios te va ir moviendo de lugar, vienen tiempos maravillosos con experiencias nuevas.

Abraham “alzó sus ojos”- Lot miró la llanura

¿Por qué el Señor le dio tantas bendiciones a Abraham? porque Abraham le dijo a Lot: “elegí”, se arriesgó, aunque él terminara en Sodoma, Dios lo iba bendecir, no se puso por delante. Lot  se fue a Sodoma y Abraham se puso la carpa y acampó en Canaán y Dios le dijo: “alza tus ojos” en el lugar donde estás; y mira hacia el Norte, hacia el Sur, hacia el Este y el Oeste; TODO ESO SERÁ TUYO.

¿Cómo logras alcanzar todo eso?

El rey David decía: “detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano”

Está delante de mí: siempre se adelanta a mis pasos.

Está detrás de mí: me cubre las espaldas con su Presencia.

Está por debajo de mí: sosteniéndome en medio de mi debilidad.

Está alrededor de mí: hace un cerco de protección en derredor mío.

Está arriba de mí: me eleva sobre mis pensamientos y me enseña los suyos.

Está sobre mí: la unción del Espíritu Santo, como el aceite sobre la cabeza de Aarón.

Donde estés parado se vienen bendiciones, a la derecha, a la izquierda y a los costados, ¡360 grados de bendición!

Abraham era un ciudadano del reino- Lot de la cultura:

No es fácil correr con gente que no corre, arriesgarse con gente que no se arriesga. El espíritu suelta fe, la mente bloquea demasiado, no hay que sentir, hay que tener  convicción. A la fe la tienes que usar, sino ocurre como con el auto, cuando le pones nafta y le cambias el agua; si le pones todo y no lo usas se pudre. Lo mismo que me era útil ahora no lo es; hay que gastar la fe y entonces no se pudre la unción. La gasto a la fe y así me vuelvo a llenar, ¡Gasta y llénate!

Abraham le dijo a Lot: “no haya altercado entre nosotros porque somos hermanos”.

Los pacificadores hablamos la solución, tenemos un lenguaje para resolver, no para acusar.

Los pacificadores no nos enganchamos, hablamos palabras violentas de fe. El diablo quiere tirarte, pero el que está dentro de ti te vuelve a levantar. Tienes que moverte al ritmo del Espíritu Santo, pues él es quien te abre el camino. Dios nos va a mandar un futuro de victoria, él nos va a establecer allí. El saltamontes no vuela mucho, sólo 3 o 4 km por hora; espera el viento y cuando viene un viento fuerte, se prepara y vuela con el viento.

 ¡Vendrá el momento de Dios y vamos a ser movidos con fuerza y vamos a ser llevados  a otro lugar!

Los pacificadores somos decididos; José fue un hombre de paz y terminó gobernando, por cada burla  que te hayan hecho Dios va a poner una ciudad debajo de tus pies. Dios va a soltar la violencia del Espíritu y seguirás camino hacia tu próximo gran milagro. Hay quienes quieren robarte la herencia de fe; si tú no decides otros decidirán por ti. Recuerda que la paz es un arma de guerra poderosísima, por eso la Biblia dice: “Y El Dios de Paz aplastará al mismo infierno debajo de tus pies”.

Autora: Silvia Truffa

Escrito para www.destellodesugloria.org

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