¡De lo que llenas tu corazón, escriben tus dedos!

¡De lo que llena tu corazón escriben tus dedos!

Quiero aclarar que este mensaje va dirigido especialmente a aquellas personas que hacen un uso habitual (sea mayor o menos) del Facebook:

“Yo aprendí cual es la verdadera  prioridad de mi Facebook: ¡GLORIFICAR A DIOS & PROCLAMAR SU AMOR POR MEDIO DE JESUCRISTO!

Los mensajes, notas y publicaciones que Dios pone en mi corazón escribir.

Las actualizaciones y notificaciones reflejan lo que he aprendido en el Señor y me apropio de ello. 

Un lugar donde quiero compartir aquellas cosas que pasan en mi vida y son de edificación para mi entorno y para aquellas personas que tengo agregadas como   “amigos”

Donde comparto aquellas canciones que se han hecho rhema en lo más profundo de mí ser,  aquellas melodías que marcan instantes especiales de mi vida en el Señor. Música que sé que si ha sido de bendición para mí, ministrará también la vida de las personas que me ven y me leen también.

Donde expreso comentarios de bendición que reflejan mi humor, mis risas, donde expreso mis sanas emociones a través de emoticones: sorpresa, impacto; donde reflejo y provoco reflexión en mis amigos cuando aquellos publican sus fotos, imágenes, enlaces y demás actualizaciones. 

Me encanta compartir enlaces de diferentes sitios web que me han servido en diversos aspectos de mi vida.

Cuando envío mensajes instantáneos y chateo con mis amigos, personas más cercanas y de confianza en el Señor tratando asuntos de importancia, o simplemente para saber como está su vida; y, quedo a la expectativa esperando sus respuestas.

Donde me informo y doy información en diversos contenidos en los que sé que agradan y glorifican a Dios. En sí: ¡ME GUSTA REFLEJAR AL SEÑOR LO QUE CADA DÍA HACE CONMIGO, EN MÍ Y A TRAVÉS DE MI!

El motivo que me movió a escribir esto fue el reflexionar sobre un momento que, por decirlo así, del 89% de las personas en el planeta tierra que hacemos uso del Facebook, tarde que temprano llegamos a un momento donde agregamos más personas conocidas, personas que sabemos que nos puede aportar algo bueno y a las que escogemos con sabiduría o, ¿acaso eres de aquellas personas que agregas a cualquier individuo sin conocerlo y sin importarte quien es él o ella y que es lo que refleja su corazón a través de este medio?; y, aún por otro extremo, si son personas que aman a Dios y de gran bendición, esa gran cantidad de ellas llenan nuestros muros y nuestras notificaciones con sus buenísimas publicaciones de tal forma que uno no quisiera pararse del asiento y seguir mirando tooodo lo que publican hasta que se vea las fechas anteriores de otras notificaciones que ya miramos ¡¿O no?!; sumado a ello, a nuestra naturaleza humana le gusta el reconocimiento, y cada vez que publicamos o subimos algo, sea el contenido que sea, esperamos inconscientemente a ver quién le ha dado un “I like” o un comentario a lo que hemos puesto o a lo que otros hayan puesto pero que de igual estamos involucrados en ello. Y al pasar el tiempo, una herramienta de bendición y de gran evangelización como ésta se nos vuelve una AFICCIÓN, un arma contraproducente que nos lleva a distraernos del propósito de Dios en cada día; incluso, hasta hacernos menos productivos y eficaces en algunas o la mayoría de las cosas que hacemos cotidianamente.

Inconsciente (o conscientemente) te has identificado con estos síntomas, donde lo que publicas ya no lo haces con la intención del 100% de glorificar a Dios sin importar quien de un “I Like” o un comentario, o que alguien ponga algo en tu muro, o que tan pendiente estás de las notificaciones que ponga esa persona que tanto te interesa que, una vez que acabaste de revisar tu Facebook, quisieras no cerrarlo, luego vienen las personas a chatear contigo en algunas ocasiones en las que el tiempo no conviene.

Pero la palabra de Dios dice esto:

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

(2º Timoteo 1:7)

Si quizá tú te has sentido atado últimamente en estos días, o en estos meses, a estar mucho tiempo más del que es debido en el Facebook, Hoy quiero decirte que Dios está dispuesto de antemano para que tú cumplas el propósito divino que tiene Él preparado para ti. Te animo a que en intimidad con Dios, con determinación, perseverancia, y con la gracia y el poder del Espíritu Santo en ti, renuncies a toda atadura que te impida disfrutar y deleitarte plenamente tu comunión con Tu Padre creador.

¡Vamos, levántate! Deja que Dios a través de ti, use estas valiosas herramientas de las redes para bendición, y en el debido tiempo.

Autora: Erika María Zambrano

Escrito para www.destellodesugloria.org

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