Mismas circunstancias, diferente posición

Mismas circunstancias, diferente posición

Hay un dicho popular que me gusta muchísimo y dice “no escupas al cielo que te pueda caer en la cara”. Es cierto, no es una bonita imagen mental pero es muy gráfico de lo que quiero expresar.

En muchas ocasiones somos especialistas en criticar lo que otros hacen mal, esto de ver la paja en el ojo ajeno parece que no es sólo de los tiempos de Jesús, sino que se repite y re edita en pleno siglo XXI. Sin embrago, hay algo que me preocupa más y es cuando decimos “yo nunca sería capaz de hacer X cosa” o “no puedo creer lo que ha hecho Y persona, yo no podría hacerlo”. Me confieso, en algunas áreas de la vida yo también me creía incapaz de hacer ciertas cosas…hasta que las hice.

Hace años atrás, cerca de 4 ó 5 viví una situación que me causó mucho dolor y decepción, alguien en quien yo confiaba y a quien amaba traicionó mi confianza y me costó mucho trabajo superarlo y volver a confiar en las personas. No creo ser la primera ni la última a la que le ocurra algo así. Cuando esta situación se generó la tristeza y rabia hablaron por mí y no podía entender cómo alguien podía haber sido capaz de causarme tanto dolor y haber actuado de la manera que actuó.

Con el pasar de los años y gracias a la ayuda de Dios pude superar esta situación, pero seguía pensando en esta persona sin poder explicarme los hechos hasta que me vi enfrentada a una situación muy similar, pero en donde era yo la que causaba ese dolor en otra persona. No puedo negar que la sensación fue asquerosa, me sentía espantosamente mal, culpable, el peor ser humano que pisa la faz de la tierra, y en medio de mi malestar Dios me recuerda la situación que había vivido años antes y fue como si escuchara su voz diciéndome “mismas circunstancias, diferente posición”. Esta vez a mí me tocaba estar del otro lado de la historia, ser “la mala de la película”.

A partir de lo anterior, descubrí y aprendí muchas cosas. En primer lugar, descubrí que tengo las mismas posibilidades de estar en cualquiera de los “papeles” dentro de una historia, un día puedo ser la “indefensa” y otro día puedo ser la que “rompe corazones”. También descubrí que cuando comento sobre la actitud de otra persona, Dios se va a encargar de ponerme en el mismo escenario, para que sólo así pueda vivir en carne propia lo difícil que es tomar ciertas decisiones.  Incluso aprendí que estando de cualquiera de los dos lados se pasa pésimo, se sufre, no se pasa bien.  Y todo esto gracias a cambiar de posición, cambiar de perspectiva.

En muchas ocasiones es muy fácil opinar con liviandad sobre ciertas circunstancias y encerrarse en frases tales como “yo nunca lo voy a hacer” o “no sería capaz”. Te tengo novedades, eres tan capaz como cualquier persona para hacer “lo malo”, la misma Palabra de Dios en el libro de Romanos  lo dice, no lo digo yo “Como dicen las Escrituras: No hay ni un solo justo,  ni siquiera uno” (Romanos 3:10 NTV).

La próxima vez que estés en una situación en que alguien haga o diga algo que no te parece, o directamente te sientas herido o traicionado por una persona, piensa que esa misma persona podrías ser tú el día de mañana ¿cómo te gustaría que te trataran, con misericordia o con juicio? Recuerda que tenemos un Dios de infinita misericordia y que pese a que podría corregirnos con la severidad más extrema, siempre intenta ver lo mejor de nosotros y corregirnos con Su infinito amor.

Autora: Poly Toro

Escrito para www.destellodesugloria.org

COMPARTE


Ahora puedes comentar con tu cuenta de Facebook: