¡La oración de Ana! – Parte I – Bosquejos

¡LA ORACIÓN DE ANA! (I)

1 SAMUEL 1: 1 – 28

INTRODUCCIÓN: tomaremos como referente bíblico a una mujer llamada Ana (hb. Hannah: gracia, benéfica, compasión) y que pese a sus tristezas, congojas y aflicciones (por su problema de esterilidad y por la hostilidad de su rival) “oraba al Señor y Él la escuchó”. Veamos algunas características de su oración:

1. ORÓ CON AMARGURA DE ALMA (Vr. 10a)
Oró, aunque estaba muy triste (PDT), llena de tristeza (otra traducción) y con gran angustia (NVI)

REFLEXIÓN: que la tristeza, aflicción, angustia no se conviertan en un enemigo de la oración (Jonás 2: 1-3; Mateo 26: 36 – 46; Lucas 22: 44-45; Santiago 5: 13)

2. LLORÓ ABUNDANTEMENTE (Vr. 10b)
No fue una oración seca, sino acompañado y mesclado con lágrimas. Se acercó a Dios con un corazón sensible, tierno (un corazón de carne). Sus oraciones con lágrimas en la presencia de Dios, allí en el Tabernáculo fueron recompensadas con el nacimiento de su hijo Samuel (vr. 19, 20, 26-28)

REFLEXIÓN: toda lágrima que derramamos en Su presencia es recompensada por el mismo Dios (Isaías 38: 1-8; Juan 11: 32, 33; Hebreos 5: 7)

3. HIZO VOTO CON DIOS (Vr. 11)
Voto era un compromiso voluntario o un juramento que la persona se hacía con Dios, una promesa voluntaria a cambio de un beneficio y que se debía cumplir. ¡Ana cumplió con su voto! (vr. 22 – 28).

REFLEXIÓN: el voto tiene un poder incalculable. ¡Hay que cumplirlo de lo contrario sería contado como pecado e insensatez! (Deuteronomio 23: 21-23; Eclesiastés 5: 2-7)

4. ORÓ ESPECIAL Y ESPECIFICAMENTE (Vr. 11)
Pidió un hijo varón para dedicarlo al servicio del santuario en la época. Así sucedió: Samuel ministraba como sacerdote, profeta y como el último de los jueces (1 Samuel 2: 11, 18 – 21, 26; 3: 1, 15, 20, 21)

REFLEXIÓN: cuán importante es ser preciso y específico con Dios cuando se ora (Marcos 10: 51, 52). Paull Yon Gi Choo el pastor que tiene la iglesia más grande del mundo tuvo que cambiar su oración general por una oración específica cuando le pidió a Dios tres cosas: una bicicleta, un escritorio y una silla. ¡Recibió la respuesta divina!

5. ORABA LARGAMENTE (Vr. 12)
No se especifica que tiempo duró Ana orando por ese hijo que deseaba tener para que se quitara su aflicción y afrenta (vr. 11).
Lo cierto es que el texto bíblico enfatiza claramente que fue una oración constante en ese momento y sin cesar hasta que tuvo convicción de la respuesta divina. “No cesaba de orar a Dios” (otra traducción).

REFLEXIÓN: cuán importante es perseverar en oración y tenemos el ejemplo bíblico de la perseverancia de la viuda para que el juez le hiciera justicia (Lucas18: 1-8) y el concejo paulino: orad sin cesar (1 Tesalonicenses 5: 17).

6. HABLABA U ORABA EN SU CORAZÓN (Vr. 13)
Significa que oraba en voz baja (NVI), mentalmente (DHH), tan quedadamente que nadie la oyó (hablaba para sí); solo se movían sus labios y su voz no se oía. ¡Sabía que Dios conoce el corazón y que nuestros pensamientos son palabras para Él! “Ella oraba de corazón…” (PDT)

REFLEXIÓN: no pensemos que por el palabrerío y vanas repeticiones seremos escuchados u oídos como lo advirtió Jesús (Mateo 6: 7). ¡La oración que mueve a Dios es la oración sincera, verdadera y la que sale de lo más profundo del ser, corazón y de nuestra alma!

7. DERRAMÓ SU ALMA DELANTE DE JEHOVÁ (Vr. 15)
Ana estaba desahogando su pena delante del Señor (DHH), contando sus problemas a Dios (PDT), había venido a desahogarse delante del Señor (NVI) y le abrió totalmente el corazón a Dios y hablarle con toda confianza.
Al principio había hablado, dialogado, conversado con su esposo Elcana que le sirvió de consuelo (vr. 6 – 9); sin embargo, tuvo que acercarse a Dios y recurrir a la oración para desahogarse total y definitivamente en Su presencia.

REFLEXIÓN: que mejor medicamento, ejercicio y terapia espiritual para desahogarse, tranquilizarse, descansar totalmente que la oración (hablar con Dios). Él es amigo fiel y confidente ideal que entiende cuando están triste, angustiadas, afligidas, acongojadas por los problemas que en la vida se presentan “…Derramad delante de Él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio” (Salmos 62: 8)

CONCLUSIÓN: después de haber explicado esta Palabra terminamos preguntando: ¿estamos dispuestas a tener en cuenta todas estas pautas, principios, concejos y verdades aprendidas en la oración de Ana, aplicables hoy para orar eficaz, ferverosa, poderosa y efectivamente? ¿Crees que Dios también puede escuchar nuestras oraciónes? ¡AMÈN QUE SÌ! ¡MANOS A LA OBRA!

Autor: PrediCantor Garys Leandro
Preparado para: www.destellodesugloria.org

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