Desanimo espiritual

Desanimo espiritual

Experimentamos el desanimo muchas veces a lo largo de nuestra vida. La falta de energía, vitalidad o interés en ciertas áreas, algunas veces provocadas por cansancio físico y otras por motivos emocionales son las principales causas, pero dentro del desanimo esta también el que experimentamos en el área espiritual, ese raro sentimiento como de falta de energía para seguir adelante con lo que estas haciendo, como que a veces quieres pero algo te desanima, no son problemas, y a veces ni siquiera es algo que puedas explicar, pero sientes que aunque quieres hacer algo, por algún motivo terminas desistiendo.

El desanimo tanto en lo natural como en lo espiritual produce un sentimiento de incomodidad que aunque no deseamos sentir esta presente, quieres hacer algo y te dispones a hacerlo, pero de un momento a otro te encuentras otra vez sentado en el mismo lugar que estabas, se te pasa el tiempo realmente en nada, sientes como si te secaras poco a poco, como si la llama que ardía en ti con fuerza, de repente se ha ido apagando y lo peor de todo es que a veces nosotros mismos somos los últimos en notarlo, nos enfocamos tanto en todo lo que esta pasando alrededor que no nos damos cuenta lo que pasa dentro de nosotros mismos.

Creo que la mayoría hemos pasado por ese momento, todos llegamos a un punto en que las cosas comienzan a sentirse monótonas, ponemos nuestra mirada en otras cosas cuando debería estar en Jesús, escuchamos algún mal comentario o comenzamos a perder la comunicación con Dios, a alejarnos de Él, y perdemos tanto el tiempo que para cuando caemos en cuenta ya estamos por ahí en algún rincón tristes y desmotivados, sin esa fuerza de empuje que nos ayude a hacer algo, sin una motivación aparente.

Cuando nos sentimos desanimados acostumbramos a dejar de lado lo que con tantas ganas habíamos comenzado a hacer, a veces nuestros motivos para realizar una actividad o desempeño espiritual son muchos para comenzar, pero a medio camino los vamos perdiendo uno a uno hasta que tomamos la decisión de terminar con todo.

Más grande que las razones que provocaron tu desanimo, esta el motivo principal que te anima a seguir adelante y a no desistir, es el amor de Dios que te mueve, que te impulsa hacia adelante a mantenerte firme hacia la meta del camino que comenzaste, así pueda ser miedo, dolor, tristeza, o decepción por lo que estés pasando, lo dice Dios en su palabra “Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará. Deuteronomio 31:6

No importa cuantas veces quiera venir el desanimo a tu vida espiritual, una comunicación constante con Dios es la mejor manera de cerrarle la puerta en la cara y continuar en la labor.

Autora: Maite Leija

Escrito para: www.destellodesugloria

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