Lo que bendice a los demás es tu semilla, y lo que te bendice a ti es tu cosecha

Lo que bendice a los demás es tu semilla, y  lo que te bendice a ti es tu cosecha

semilla“Hetty Green fue la mujer más tacaña del mundo. Nació en 1834, llegó a acumular cien millones de dólares, en esa época era muchísimo dinero. Vivió con sus dos hijos en habitaciones de míseros hoteles o pequeños apartamentos, donde nunca encendía la calefacción, para no tener residencia permanente y así no pagar impuestos. Para ahorrar ropa y jabón, usaba el mismo vestido negro todos los días y solo le lavaba lo que más ensuciaba: el dobladillo, y lo cambiaba por otro similar solo cuando se caía a jirones. Comía una ración de harina de avena diaria y  no la calentaba para no gastar, y compraba las galletas que estaban rotas para sus hijos, porque eran más baratas. Cuando su hijo Ned se lesionó la rodilla; lo llevó a la beneficencia pública para que lo curaran, pero un médico la reconoció y le exigió que pagara antes. Hetty se negó a pagar y curó ella misma a su hijo.  A los dos años tuvieron que amputarle esa pierna. La imperecedera mezquindad de Hetty intervino en el incidente que le causaría la muerte a los 81 años, en 1916: le dio un ataque apopléjico al regatear el precio de la leche. Esa gente miserable no atrae la bendición porque la gente que atrae es la gente que da”.

Una millonaria que invirtió en el reino de Dios:

Pablo y  su equipo, ganan a una señora millonaria llamada Lidia, la primera convertida en Europa. Una mujer hospedadora, que al comprender la Palabra de Dios, lo primero que hizo fue abrir las puertas de su casa; y seguramente les dio a Pablo y a sus discípulos de lo mejor que tenía.

De todas las bendiciones que Dios tiene para nosotros la más chiquita es la material, porque: ¿cuánto nos dura lo material? el tiempo que vivamos, tal vez 70, 80 o 90 años. Por eso la Palabra dice:“Nos ha bendecido con toda bendición espiritual” porque esa bendición es eterna. Por ejemplo: los buenos recuerdos, los momentos hermosos vividos en su presencia son más valiosos que el dinero.

“Nuestra fe es más preciosa que el oro” si perdemos el oro, nos queda la fe para volver a recuperarlo. Pero si sólo tenemos oro y lo perdemos, no nos queda nada.

¿Saben cómo habría pozos Abraham? Llegaba a un lugar y le levantaba un altar a Dios; y Dios le decía: “mira a la derecha y haz un pozo”  y encontraba agua. Abraham seguía caminando, paraba en un lugar, levantaba un altar a Dios, y Dios le decía: “a la izquierda” y allí había agua. Y él supo que cuando le  levantaba un altar a Papá, Dios le mostraba un pozo de abundancia material.

Cuando una persona sólo abre pozos y no levanta altares, trabaja con sus fuerzas, pero vienen crisis, vienen infartos, vienen preocupaciones.

Al lado de las críticas, los gritos y las adulaciones, está la cosecha:

Una joven endemoniada gritaba detrás de Pablo y sus discípulos: “escúchenlos que son siervos de jehová”,  Pablo le dijo al espíritu que moraba en ella: “te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora”, y la joven no pudo adivinar más. Por esta causa  los pusieron en la cárcel más profunda, las cadenas estaban pegadas a la roca y todos los presos estaban entrelazados.

Pablo  ganó a una mujer para el reino y quebró a los que trabajaban para el diablo. Tengo que cuidarme de los religiosos, la joven decía: “son siervos de jehová”; cuídate del que canta tus canciones y te habla con la vocecita tranquilita ¡pero por dentro ruge!

Los meten juntos en la cárcel: hay que caminar en equipo en el reino de Dios. Cuando estás libre tienes que conectarte con alguien, no esperar hasta la prueba; “si dos o más se ponen de acuerdo, el Señor todo nos lo va a dar”. “Porque mejores son dos que uno, porque cuando uno caiga, el otro lo va a levantar”.  El enemigo te va a tirar todo lo malo, lo más seguido posible; pero él solo pelea dos o tres rounds. A Pablo y Silas les pasó de todo, pero ganaron una familia para el Señor y ganaron Europa para el Señor.

La alabanza  y la oración “apuran” la cosecha:

A medianoche oraron y cantaron, ¿por qué no oraron antes, porque los estaban golpeando? ¿Por qué a medianoche? ¿No era mejor a la mañana? Oraron y adoraron porque recibieron una palabra de ciencia o de conocimiento, es una palabra que viene del cielo a tu espíritu y te liberta. Es esa palabra que te da “una idea de oro”.

La palabra de ciencia es una llave para sacarte de la situación (no es intuición) acá Dios dijo: “oren y adoren,” y cuando la activaron, fueron liberados y  se soltaron  las cadenas. Dios va a restaurar la palabra de ciencia en tu vida.

Cantaron en voz alta, aunque estaban abatidos, para que los presos los oyeran, por eso vino el terremoto y se soltaron todos, ¡Dios te va a dar una alabanza para que los que escuchen sean bendecidos! Serán liberados de sus cadenas. Toda la tierra está esperando la manifestación de los hijo s de Dios; “los presos oían con alegría” la gente está necesitando oírnos cantar canciones de victoria, oraciones de fe, que les llevemos buenas noticias (el evangelio) porque La Palabra nunca vuelve vacía.

El carcelero vivía cerca de la cárcel y si perdía a los presos, los soldados lo mataban a él y a su familia, Pablo le grita: “no lo hagas, los presos no se escaparon” ¿si estaba oscuro y apenas estaban las puertas abiertas, como Pablo supo que se iba a matar? Porque ya lo sabía en el espíritu, Pablo tenía autoridad sobre la cárcel.

El carcelero llevó a Pablo y Silas a su casa ¡y se bautizaron todos!  Luego disfrutaron de una buena comida que les fue preparada: ¡Empieza a celebrar porque a la medianoche se viene la cena!

Hay personas que atraen mala suerte; hay personas que “siempre se levantan con el pie izquierdo”, les va mal, hay personas que atraen desgracias. Pero hay gente que atrae bendición tras bendición; y esa gente es la gente que siempre busca bendecir. La gente que da al otro y que bendice, es el que atrae todas las bendiciones. Tienes que ensanchar tu círculo de conexiones, tienes que agregar más gente conocida a tu mundo emocional, tienes que salir y procurar bendecir. ¡Bendice a alguien y traerás la cabeza de tu enemigo en tu mano!

Autora: Silvia Truffa

Escrito para www.destellodesugloria.org

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