Reflexión: El Roble

Un Destellito En Las Manos De Dios

el roble

Lo que voy a compartir con ustedes sucedió en un jardín especial, expresó Destellito. Un árbol no podía disimular que estaba muy triste, causando preocupación en los demás árboles y flores, ¿la causa?, no sabía quién era. “Te falta concentrarte”, dijo el manzano, si te esfuerzas podrás dar hermosas manzanas, agregó. “No lo escuches”, dijo el rosal, te será más sencillo tener rosas. El árbol, desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no podía ser como uno de los demás, se sentía cada vez más frustrado. Un día llegó al jardín un búho, el ave más sabia de todas, y al enterarse del problema del árbol, le dijo: “no te preocupes, tu problema no es tan grande, y para tu información, son muchos los humanos que lo padecen. Tienes que descubrirte a ti mismo, estás en este jardín por algo, te aconsejo que te examines interiormente y descubrirás que eres. Y así lo hizo, hasta que pudo oír una voz interior que le decía: “Jamás darás manzanas porque no eres un manzano, y jamás darás rosas porque no eres un rosal, tu eres un roble y tu destino es crecer grande y majestuoso, dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, y belleza al paisaje…¡cumple tu propósito!”.

El Roble

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado…Efesios 1: 3-6.

Una de las cosas que ha aprendido Destellito de las personas, es que cada una tiene claridad sobre su identidad, que se demuestra por el apego a la nación que pertenece, a ello se le llama nacionalidad. En el sentido particular, cada uno quiere tener claro el propósito de porqué está en el mundo, y resulta frustrante descubrir que no lo sabe. El árbol era un roble y no lo sabía. Inútil fue el intento de parecerse a otro, tuvo que profundizar en sí mismo para saber que en verdad era un roble y comenzar a portarse como tal. Hay tres verdades que los hijos y las hijas de Dios deben saber, primero, los escogió, segundo, los adoptó como hijos, y tercero, los aceptó. De todo ello, el hijo y la hija de Dios, debe tener cabal conciencia de lo que es, y actuar como tal. Es hermoso presentarse al mundo como parte del Cuerpo de Cristo.

por Oscar Olivares Dondero

Escrito para: www.destellodesugloria.org

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