Cuatro niveles de abundancia

Cuatro niveles de abundancia

4nivelesFaraón tenía el poder económico, pero Moisés tenía el poder de Dios; y el que tiene el poder de los milagros termina quebrando el poder natural. Porque faraón podrá tener los recursos, podrá tener el látigo, pero el que tiene la fe ese termina liberado, ese termina bendecido.

“Y mandó José que llenaran sus sacos de trigo, y devolviesen el dinero de cada uno de ellos, poniéndolo en su saco, y les diesen comida para el camino”.

El saco:representa la comida y el dinero para lo que necesites.

Y tú toma para ti trigo, y cebada, y habas, y lentejas, y mijo, y avena, y ponlo en una vasija, y hazte pan de ello” 

La vasija: tenemos más comida, es un nivel más grande, para  ti, para tu marido y tus hijos.

“Y comieron todos, y se hartaron; y alzaron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas”. 

Las cestas: es para ti, para tu familia y para los demás.

“Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da”.

El granero: “yo llenaré tus graneros” no pedimos por el saco, ni por la vasija, ni por las cestas, ¡sino abundancia para toda la vida!

José  primero tuvo su túnica, y ovejas para cuidar, abundancia para Potifar, pero luego, tuvo abundancia para él: “voy a llenar tus graneros le dijo Dios”

Cuando los israelitas salieron de Egipto, Dios les dio oro y vestido a las mujeres que lo pidieron, que despojaron a los egipcios, ahora la pregunta es: ¿si los maltrataron para que querían el oro? más bien lo que querían era irse y olvidarse de todas las maldades que sufrieron. El oro era para cuando se les pasara el dolor, porque había que seguir viviendo e iban a necesitar el oro y el vestido.

David tenía 400 personas menesterosas con él,  y los convirtió en un ejército, David tenía el sueño de Dios, un día les llevaron a las mujeres y los hijos, los problemas no inventan nada, revelan lo que hay en tu corazón. Quizás te robaron, no tienes dinero para llegar y te preguntas ¿por qué me ha pasado esto? pero había una salida, porque Dios no solamente te hace ver el problema, también te da la salida: El efod: tenía dos hombreras con unas tiras de oro, se lo ponía el sacerdote para orar a Dios, David le pidió  prestado al sacerdote para consultar y el Señor le dijo “síguelos”.

 La pregunta es: ¿quién es tu fuente de información? ¿Son los recursos, la gente, la mente? Pero si tu fuente es Dios sabrás lo que vas a hacer.

Lo primero que  tienes que declarar es que la gloria de Dios te va a rodear.

Lo primero que le dijo Rut a Noemí en medio del dolor, (porque Rut también había perdido al marido, ella también estaba triste, también había dejado su casa) fue: “Tu Dios será mi Dios”, Rut era una mujer pagana. Lo que ella estaba diciendo era que la gloria que tenía el Dios de Noemí, ahora sería la gloria que iba a estar en su vida.

¿Sabes qué significa que la gloria te rodee? Que todo lo que hagas te va a salir bien.

 Por ejemplo, yo te digo lo siguiente: “Llueve, y llueve mucho, y las nubes están oscuras”, ¿eso es bueno o es malo? según, por un lado es bueno  porque hay una parejita abrazada, tomando un café, mirando hacia la ventana y prometiéndose amor por siempre. Pero simultáneamente hay otra pareja en un barco, en una expedición, que quedaron perdidos por la copiosa lluvia y no pueden ser rescatados. En otro lado hay un agricultor que hace seis meses que está orando para que llueva. Entonces, ¿la lluvia es buena o mala? Depende del contexto. El contexto le da sentido al texto. ¿Sabes lo que estaba diciendo Rut? Estaba diciendo:

 “Yo estoy pobre, pero le voy a poner  el contexto de la gloria. Yo estoy sola, pero no será para siempre”; y el contexto le va a dar sentido a lo que ahora estoy viviendo. Este dolor se va a transformar en victoria. Porque cuando le pones la gloria a tu casa, la casa termina bendecida.

No olvides que vamos de gloria en gloria y de poder en poder; el contexto de la gloria le da sentido al presente que vivimos.

Al apóstol Pablo, lo apedrearon, un día terminó en la cárcel. Los cristianos decían: “Pobrecito Pablo, si él no hace nada malo”. Pero Pablo dijo: “Esperen, porque esta leve y momentánea tribulación produce en mí cada vez más gloria”. Por lo cual podemos decir: “yo estoy en una cárcel, pero voy a rodear esta cárcel con la gloria. Y la gloria va a hacer que esta cárcel termine siendo de bendición para muchos”; porque no son las circunstancias, es el contexto lo que le da el sentido. Nosotros le vamos a poner la gloria.

Un día iban los discípulos caminando con Jesús y se encontraron con un hombre ciego. A los discípulos les agarró “el ataque religioso” y preguntaron: “¿Maestro, quién pecó para que esté así, él o sus padres? ¿Culpa de quién fue o es una herencia de maldición generacional?” Y Jesús los miró y les dijo: “No pecó ni él ni sus padres. A esto le vamos a poner la gloria de Dios y este ciego va a terminar viendo”.

Deja de andar buscando si te equivocaste, si la culpa es de tus padres o de alguien más. Ponle la gloria al problema y el problema va a terminar siendo de victoria. El libro de Rut tiene cuatro capítulos, ten confianza que Dios te dará las fuerzas para que logres caminar dos capítulos más y entres en el “capítulo de la abundancia”.

Autora: Silvia Truffa

Escrito para www.destellodesugloria.org

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