Reflexión – La bebida mortal

Un Destellito En Las Manos de Dios

crema de mentaDestellito, no deja de asombrarse con las historias que descubre, como la siguiente. Anita, bonita y alegre, era parte de una familia asentada en un pequeño pueblo del sur de Canadá. Cierto día, al término de su jornada escolar, ingresó rauda a la cocina de su casa, —Tengo tanta sed, ¿hay algo para beber?, preguntó, pensando que su mamá se encontraba en el lugar. Anita, generalmente debía, después del colegio, hacerse cargo de los quehaceres de su casa porque su madre era alcohólica. Todos los domingos asistía a la Escuela Dominical de una iglesia cercana a su casa. Allí aprendió del amor de Dios, y de la Persona del Señor Jesús, el Salvador del Mundo, hasta que cierto día, aceptó a Cristo Jesús en su corazón, comenzando a vivir el gozo de haber sido perdonada.

Por la necesidad de beber algo que calmara su sed, Anita, pensando que encontraría algo, revisó los estantes hasta encontrar una botella cuyo contenido la alegró, —¡Hum, que rico, crema de menta, mi bebida favorita!. Preparó un vaso lleno con dos cubitos de hielo, y se la bebió toda. Al llegar su madre, encontró a Anita con fuertes dolores estomacales, trasladándola al Hospital, y a las pocas horas Anita falleció a pesar de los esfuerzos médicos, se había envenenado.

La Bebida Mortal

Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre, porque adorno de gracia serán a tu cabeza, y collares a tu cuello. Proverbios 1:8,9.

Una grave falta cometida por sus padres, le costó la vida a Anita. El papá y la mamá, tienen su rol al interior de la familia, y esta afirmación es universal. Es para todos, independiente si se es cristiano o no. Si al interior del hogar familiar el padre no está frecuentemente entregando instrucciones en amor, habrá de lamentar los yerros que se produzcan a causa de su negligencia; lo mismo para la madre, si esta no da dirección a sus hijos para que no se equivoquen en la vida, también habrá de sufrir al ver que ellos fracasan. Es bueno reconocer lo que la Biblia enseña con respecto de los deberes de los padres: el padre instruye, y la madre direcciona. Si Anita, hubiese recibido de sus progenitores, instrucción y dirección, con toda seguridad no hubiera fallecido, señaló Destellito.

Autor: Oscar Olivares Dondero

Escrito para: www.destellodesugloria.org

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