Reflexión: El jefe indio y el juez

Un Destellito En Las Manos De Dios

jefe indioNo es fácil ganar la confianza de los demás, y de manera especial en los tiempos que está viviendo el hombre, tiempos de tanta falsedad e hipocresía, de tanta mentira y engaño, expresó Destellito.

Hace muchos años atrás, en América del Norte, vivía un juez junto a su hija y a su nieto, que era el regalón de ambos, en un asentamiento cercano a una tribu indígena. No había buenas relaciones con ellos, y en varias ocasiones fueron atacados violentamente por los indios, al sentirse amenazados por la presencia del hombre blanco. Era muy difícil estar bien relacionados, y ambos bandos no ocultaban la desconfianza que tenían hacia el otro. La mejor manera para tener una relación armónica con alguien que no se da fácilmente, es romper la desconfianza. El cacique indio desconfiaba del juez, y como éste se esforzaba por mantener la paz, en cierta oportunidad el jefe indio dijo: “Hermano, usted pide mucho y promete mucho, pero ¿qué fianza me da para probar que usted cumplirá fielmente? La palabra del hombre blanco puede ser buena para el hombre blanco, más para el indio es palabra hueca, ahora, si en verdad confía en el indio, el indio también confiará en usted y viviremos en paz. Aquí está éste chico, su nieto. Déjeme llevarlo a mi campamento, y después de tres días lo devolveré junto con mi respuesta”. La hija del juez se opuso tenazmente, no permitiría entregar a su niño bajo el cuidado del jefe indio. Entendiendo la motivación, el juez convenció a su hija, y con dolor contemplaron al niño partir tomado de la mano del cacique. Tres días de incertidumbre y angustia hicieron presa del juez y su hija. Ya tarde del tercer día vieron aparecer desde el bosque al cacique que traía al niño vestido a la usanza india, y absolutamente sano. Desde ese día la paz dominó aquella zona, había que quebrar las desconfianzas, indicó Destellito.

El Jefe Indio y El Juez

La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Juan 14: 27. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8.

Es muy importante mantener buenas relaciones con los demás, con los semejantes, sean familiares o no, y en muchas ocasiones, en aras a la buena convivencia es necesario ceder para restablecer la confianza. Hay quienes que aun guardan en su corazón raíces de amargura que estorba el desarrollo del buen Evangelio en sus corazones, la obstinación es una muy mala consejera. Además, una fructífera relación hay para los que han entendido que Dios Creador, queriendo reconciliarse con los hombres y las mujeres de éste mundo, entregó a su preciado Hijo Jesucristo. No existe mayor muestra de amor por los hombres y las mujeres del mundo, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por cada uno de ellos. Sea agradecido.

Autor: Oscar Olivares Dondero

Escrito para: www.destellodesugloria.org

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