¡Las crisis del profeta Elías! – Enseñanzas

¡LAS CRISIS DEL PROFETA ELÍAS!

1 REYES 19: 1-21

crisis de elias

INTRODUCCIÓN: usaremos este pasaje bíblico para enseñar acerca de las “crisis” que Elías experimentó en pleno servicio y actividad ministerial como profeta de Dios en la época; después de una gran victoria frente a los profetas de Baal en el monte Carmelo (1 Reyes 18: 36-40), la predicción de la lluvia (1 Reyes 18: 41-46) y por causa de la amenaza de la perversa Jezabel esposa del rey Acab (1 Reyes 19: 1-21). Alguien dijo: “Después de grandes victorias pueden venir crisis y después de la crisis vienen grandes victorias”. ¿Cuáles fueron sus crisis y cómo logró superarlas? Lo analizaremos a continuación. Veámoslo:

1.        MIEDO (Vr. 1-3)

A. Después de haber sido sentenciado a muerte: la malvada Jezabel, esposa del rey Acab y la que ya había logrado matar a algunos de los profetas de Dios (1 Reyes 18: 4, 13). Era una mujer perversa, mala, asesina, amenazante: “Si tú eres Elías yo soy Jezabel” (vr. 2). Usó una formula pagana o juramento sellado (vr. 2) que se utilizaba para maldecir a los enemigos (1 Samuel 3: 17; 14: 44; 20: 13; 25: 22; 2 Samuel 3: 9, 35; 19: 13; Rut 1: 17; 1 Reyes 2: 23; 2 reyes 6: 31)

B. Tuvo que huir para salvar su vida: escapó a Beerseba (probablemente de noche); el lugar meridional del reino del Sur (Judá), en la entrada al desierto del Neguev por el Norte (Génesis 21: 31; Amós 5: 5). Fue el primer sitio que escogió para refugiarse porque estaba fuera de la jurisdicción de Acab y Jezabel. Así Elías se apartó del lugar del ministerio: Jezreel (1 Reyes 18: 46) y con esta actitud (huir) está siendo tentado a abandonar su oficio profético, dejando el trabajo ministerial incompleto, inconcluso y a mitad de camino. ¿Estaba escapando de su deber por su cobardía?

Ø  Es cierto que mientras cumplía en Israel con el servicio que Dios le había encomendado; hizo mal en huir de allí, pues así que desconfiaba de la protección de Dios. A esta actitud se refiere Santiago que Elías era de sentimientos (pasiones) semejantes a los nuestros (Santiago 5: 17). ¡Nosotros tampoco somos la excepción!

Reflexión: Es cierto que el temor (miedo) no podemos impedir que llegue a nuestras vidas (en cualquier momento puede llegar); pero si podemos vencerlo y contrarrestarlo: ¡Estando seguros y confiados que Dios está con nosotros! ¡Si Él está con nosotros no hay porque temer! (Deuteronomio 1: 29, 30; 20: 3, 4; 31: 6; Isaías 41: 10; 43: 5). También nos sanamos de temores estando convencidos que Él es nuestro socorro, salvador y redentor (Isaías 35: 4; 41: 14, 15; 44: 2), confiados que somos Sus escogidos (Isaías 42: 1, 2; 44: 1, 2, 21), nos redimió, nos puso nombre y somos de Su propiedad  (Isaías 43: 1-3).

Hasta los grandes personajes bíblicos sintieron temor (miedo) alguna vez en sus vidas: Abraham el padre de la fe, siervo y amigo de Dios (Génesis 12: 10-20; 15: 1-6; 20: 1-13), el rey Ezequías llamado por Dios príncipe de su pueblo (2 Reyes 20: 1-11; Isaías 37: 1-38; 38: 1-22), Josafat uno de los reyes buenos de Judá (2 Crónicas 20: 1-4), los discípulos de Cristo (Mateo 8: 23-27; Marcos 4: 35-41; Lucas 8: 22-25), entre otros.

2.        CANSANCIO (Vr. 3-6)

A. Por el viaje de Jezreel a Beerseba (vr. 3): la ciudad más meridional del reino del sur (Judá)

B. Todo un día de camino por el desierto (vr. 4): fue un viaje largo, difícil, peligro, tal vez sin comida ni agua

C. Se echó debajo de un enebro (vr. 4, 5): el enebro era un árbol grande de uno o dos  metros de altura, típico del desierto, frondoso, muy apetecido por los viajeros de la época por su sombra.

D. Se quedó dormido y volvió a dormirse (vr. 5, 6): estaba tan cansado, exhausto, agotado físicamente que terminó dormido. ¡El cansancio produce sueño y hambre! (Génesis 25: 29, 30)

Reflexión: ¿Cuántos de nosotros nos hemos sentido últimamente cansados? ¿Por qué Esaú vendió y cambalachó su primogenitura por un plato de lenteja? (Génesis 25: 29-34). ¡Mucho cuidado! Si nos hemos estado sintiendo cansados; es tiempo de fortalecernos y recobrar las fuerzas perdidas por el trajín de la vida o por el desgaste del servicio cristiano que venimos realizando para Dios y Su obra. ¡Hay promesas que Dios puede fortalecernos! (Isaías 40: 29-31).

3.        DESALIENTO (Vr. 4)

A. Deseaba morirse: estaba decepcionado de la vida. ¡Quién lo creyera! Aunque otros piensan que Elías dependía tanto de Dios que quería morirse!

B. Pidió a Dios que le quitara la vida: este profeta Elías que en sus buenos momentos tal vez pedía a Dios larga vida para servirle y ser útil en Sus manos; ahora no quiere seguir viviendo. La misma actitud de Moisés cuando pastoreaba al pueblo de Israel en el desierto (Números 11: 10-15), Job (3: 1-26; 7: 15, 16), Jeremías 20: 14-18), Jonás (4: 8-11), entre otros.

Reflexión: ¿Cuánta gente hoy que también han deseado morirse y no haber nacido? ¿Cuántos de nosotros últimamente desalentados, desmotivados, desanimados y cabizbajos? El desaliento es tremendo en el sentido malo y negativo; aun nos lleva a tener y sentir fastidio de la vida misma: “Estoy harto Señor quítame la vida” (NVI). Ver tema cuando llega el desaliento

4.        RESIGNACIÓN (Vr. 4-6)

A. Deseaba morirse y pidió a Dios que le quitara la vida: llegó a la conclusión de que su ministerio era estéril y que no valía la pena seguir viviendo (según él). ¡Dios no quería que muriese porque deseaba usarlo todavía en Su servicio! Tanto así que lo mantuvo vivo de viarias maneras: por medio de los cuervos (1 Reyes 17: 3-7), la viuda de Sarepta (1 Reyes 17: 13-16), el ángel de Jehová (1 Reyes 19: 5-8).

Finalmente Dios le demuestra “que no sólo de pan vive el hombre” y le sostiene vivo durante cuarenta días y noches sin otro alimento como había hecho con Moisés en el Sinaí (Éxodo 24: 18; 34: 28) y con el Señor Jesús en el desierto (Mateo 4: 1-11). ¡Recuerde que el don de la vida es para servirle! (2 Reyes 20: 1-6; Isaías 38: 1-6, 18, 19) (DHH)

B. Estaba tirado debajo del enebro durmiendo: hasta ese momento no había hecho nada por superar su situación y tal vez decía: “Dios verá si deja que Jezabel me encuentre y me mate”. Hasta fue aparar a una cueva cuando llegó a Horeb (vr. 9). ¡La misma en la que Moisés fue escondido cuando Jehová pasó delante de él proclamando Su gloria! (Éxodo 33: 22)

Reflexión: ¿es esta nuestra situación? ¿Cuánta personas, creyentes, ministros (servidores) se han resignado, dado por vencido, rendido, “tirado la toalla” y hasta renunciado al ministerio?

5.        SUEÑO (Vr. 5, 6)

A. Se quedó dormido: debajo del enebro como ya lo explicamos anteriormente

B. Volvió a dormirse: estaba tan soñoliento que aunque comió y bebió se volvió a dormir

Reflexión: ¿Será que nosotros también estamos una peor crisis de sueño como es el sueño espiritual? ¡Mucho cuidado! (Proverbios 20: 13; Mateo 26: 40-46; Romanos 13: 11; Efesios 5: 14; 1 Tesalonicenses 5: 6). Otros personajes bíblicos que se quedaron dormidos aunque por circunstancias diferentes y por ende descuidaron sus responsabilidades en el momento: orar (Jonás 1: 5, 6; Mateo 8: 23-27; Lucas 22: 45).

6.        SOLEDAD (Vr. 10, 14)

A. Sintió que estaba sólo en el conflicto: recuerde que la perversa, malvada Jezabel ya había matado algunos de los profetas de Dios (1 Reyes 18: 4, 13). Elías dentro de una cueva (vr. 9); la misma cueva en la que Moisés fue escondido cuando Jehová pasó delante de Él proclamando su gloria (Éxodo 33: 22), expresó a Dios sentirse solo en el conflicto aunque no era el único. ¡De hecho ya Elías lo venía diciendo! (1 Reyes 18: 22)

B. Olvidó que además de él habían otros que también estaban siendo perseguidos (1 Reyes 18: 4, 13; 19: 18;  Romanos 11: 2b-4).

Reflexión: ¿Cuántas veces nos hemos sentido solos en la vida como seres humanos, creyentes, líderes, ministros? ¡Recuerde que tenemos la mejor compañía: la divina!  (Génesis 21: 22; 26: 24, 28; 39: 2, 3, 21, 23; Deuteronomio 20: 4; 31: 6, 8; Josué 1: 5, 9; Salmos 124: 1-8; Mateo 28: 19-20; Hechos 27: 23; 2 Timoteo 4: 16-18). Aunque las circunstancias nos hagan creer lo contrario; más no es así porque Dios ha estado y seguirá estando con nosotros (Génesis 28: 16). Lo único que pone en riesgo Su compañía, presencia es el pecado (Éxodo 33: 1-15)

7.        AUTOCOMPASIÓN (Vr. 10, 14)

A. Los hijos de Israel han dejado tu pacto

B. Han derribado tus altares

C. Han matado a tus profetas

D. Sólo yo he quedado

E. Me buscan para matarme

Reflexión: ¿Cuántos de nosotros con esta misma actitud a diario auto compadeciéndose  así mismo, negativo, pesimista y aparentemente sintiéndose fracasado como Elías? “Yo si soy salado”, “yo si estoy de malas”, “todo me sale mal”, “Dios no me quiere”, “Dios se olvidó de mí”, “a todos le va bien menos a mí”, “no sé lo que me pasa”, “yo no nací para esto”, “para que Dios me llamó al ministerio” y hasta nos convertimos en mártires e inspiramos lastima.

CONCLUSIÓN: fíjese bien en todas estas crisis que vivió, experimentó el profetas Elías en pleno servicio y ministerio. ¡Quien lo creyera! De esto aprendemos que en cualquier momento pueden venir las crisis a nuestra vida, aunque seamos creyentes, tengamos ministerios y estemos haciendo la obra de Dios. Sin embargo; el profeta Elías logró superar todas estas crisis. Recuerde: “Después de grandes victorias pueden venir las crisis y después de la crisis vienen grandes victorias”.  ¿Cómo las superó? Lo estudiaremos en la próxima entrega con el tema: La victoria de Elías frente a las crisis. ¡AMÉN QUE SÍ! ¡MANOS  A LA OBRA!

Autor. PrediCantor Garys Leandro

Preparado para: www.dtelodesugloria.org

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