Ama de casa, profesional desesperada

Ama de casa, profesional desesperada

Escrito por Lilo de Sierra

“Quien halla esposa halla la felicidad: muestras de su favor le ha dado el Señor.”

(Proverbios 18:22 NVI)

Soy una ferviente admiradora de las mujeres que se desempeñan como amas de casa exitosas. Todo en su vivienda está estratégicamente ubicado, la ropa de su familia es almidonada, despercudida y permanece siempre bien planchada, le dan un toque especial lleno de amor a sus comidas, su esposo espera ansioso regresar a su hogar después de una ardua jornada laboral y sus hijos cuentan con la bella sonrisa de su mamá, al llegar del colegio.

Realmente las envidio, hasta la fecha, no he tenido la oportunidad de cumplir con ese rol que ellas llevan a cabo a la perfección, puesto que me crié con el ejemplo de una mamá trabajadora incansable y por mis obligaciones económicas para con mis hijas, debo trabajar para que a ellas no les falte nada.

Mi jornada la comienzo en oración agarradita de la mano del ser que me ama como soy, imperfecta, con ansias de permanecer entre sus brazos cada segundo de mi día, escribo entre las 4:00 y 5:00 a.m y es a esa hora, que en un “corre corre” de emociones, preparo y sirvo desayunos, me arreglo, le doy un beso a mis hijas y salgo a trabajar junto con mi esposito. En cámara lenta miro atrás y veo que tuve que delegar mi responsabilidad del cuidado de mis princesas a una tercera persona en medio del desorden que no alcanzo a organizar sino hasta mi regreso muy cansada a las 7:00 p.m.

Reflexiono por un instante y me pregunto: ¿vale la pena el éxito laboral y ser llamada profesional en una empresa de renombre, cuando le entrego a mi familia las sobras de mi tiempo y el agotamiento producto de los afanes diarios?

Les aseguro que no debe haber nada más gratificante que tener todo bajo control. Esto solo puede ser una realidad, cuando los roles instituidos por Dios, son cumplidos por un hombre y una mujer que han decidido casarse.

El hombre delante del Señor es el proveedor, si eres esposo, ese es tu deber, velar porque tu despensa esté llena, tu esposa y tus hijos tengan cubiertas no solo sus necesidades físicas y de supervivencia sino las emocionales también. Ellos merecen sentir tu respaldo, tu amor, tu compromiso total para con tu familia.

Si eres mujer y te dedicas al hogar, eres privilegiada y bendecida. Te felicito por tan maravilloso regalo del cielo. Tus hijos saben que cuentan con su mamá para que los cuide, los guarden y esté pendiente de ellos. Serán niños seguros de sí mismos en el futuro. Tu esposo además de sentirse a gusto a tu lado, si cuidas de ti misma tan bien como lo haces con tu casa, se sentirá el hombre más orgulloso de la mujer que le fue concedida por Dios para compartir el resto de su vida, el uno junto al otro.

No te desanimes si como yo, tienes dormidas tus habilidades culinarias, la limpieza y el orden no son tus dones más evidentes o simplemente aunque anhelas atender a tu esposo y tus hijos como lo demanda el Todopoderoso, no cuentas con el espacio suficiente para hacerlo. No te preocupes si te señalan de inútil, desacomedida o descuidada, nuestro Padre conoce lo que tenemos en el corazón y sabe de antemano lo que anhelas, y con el tiempo, estoy segura aparejará todo a tu alrededor, para que sin dejar de ser una talentosa profesional, puedas lograr el equilibrio perfecto para que puedas entregarle lo mejor de ti a tu familia.

Ser o no ser, no lo define el mundo. Eres y serás SIEMPRE una hija de Dios, es la imagen que tienes de ti misma, la que te hace excepcional.

“Que te conceda lo que tu corazón desea; que haga que se cumplan todos tus planes.”

(Salmos 20:4 NVI)

Escrito para www.destellodesugloria.org

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