¡Las coronas!

¡LAS CORONAS!

las coronasAPOCALIPSIS 4: 9-11

INTRODUCCIÓN: Que escena tan maravillosa descrita aquí en este pasaje bíblico de Apocalipsis viendo todos los siervos de Dios que están delante de Su trono. ¿Qué están haciendo? ¿Pavoneándose por el cielo mientras exhiben sus CORONAS? ¿Están separados unos de otros como pavos reales, desplegando orgullosamente sus trofeos tangibles? ¡NO! De hecho aquí los siervos de Dios están inclinados en adoración, lanzado todas las CORONAS ante el Señor en actitud de adoración y alabanza; atribuyen toda la dignidad y el honor al Único que merece alabanza: ¡AL SEÑOR NUESTRO DIOS! Partiendo de esta base estudiaremos a continuación cinco clases de CORONAS disponibles  para la iglesia. Veamos cuáles son y qué tenemos que hacer para ganarlas y obtenerlas.

1.      LA CORONA INCORRUPTIBLE (1 CORINTIOS 9: 24-27)

Esta corona (recompensa) se promete a los que corran victoriosamente la carrera de la vida. La palabra “golear el cuerpo” que aparece en los versículos bíblicos 26 y 27 deja claro que esta recompensa se concederá los creyentes en Cristo que constantemente “SOMETEN LA CARNE AL CONTROL DEL ESPÍRITU SANTO”: es decir; sólo los que ponen en práctica las verdades que Pablo describe (Romanos 6: 6-14; 8: 1-13; Colosenses 3: 5-17;  Hebreos 12: 1). De hecho “golpeo mi cuerpo” (vr. 26, 27) hace también alusión a la metáfora del boxeador (boxeo) para representar la vida cristiana con toda fidelidad, luchando contra el pecado y las obras de la carne. Recuerde que en los tiempos bíblicos, en especial en la época de los corintios (Juegos ístmicos u olimpiadas) se le daba como premio al atleta que se esforzaba, luchaba y sacrificaba por llegar a la meta y ganar la carrera una corona (guirnalda) corruptible (laurel o ramas de olivo) que con el tiempo se marchitaba, se secaba y se dañaba: era algo perecedero (1 Corintios 9: 24, 25). ¿Cuánto más el creyente por una CORONA INCORRUPTIBLE? (1 Corintios 9: 25).

2.      LA CORONA DE GOZO (FILIPENSES 4: 1; 1 TESALONICENSES 2: 19, 20)

Esta corona (premio) corresponde a los que “GANA ALMAS” y será de tal naturaleza que los que la reciban se gloriarán y se regocijarán. De hecho el apóstol Pablo la reclama para sí en relación con los grupos de creyentes a quienes él había ganado y había hecho discípulos de Jesucristo: los filipenses (Filipos) y los tesalonicenses (Tesalónica). El Señor distribuirá esta corona a aquellos siervos que son fieles para proclamar el evangelio o las buenas nuevas de Salvación, conduciendo las almas a Cristo y luego edificarlas (discipular) en Él (Mateo 28: 18-20; Marcos 16: 15, 18; Lucas 24: 45-48; Juan 20: 21-23; Hechos 1: 8; Romanos 10: 14, 15).

3.      LA CORONA DE JUSTICIA (2 TIMOTEO 4: 7, 8; APOCALIPSIS 3: 11)

Llamada también de otra manera la corona que consiste en la justicia, la corona que el juez justo otorga con toda justicia en aquel día: el día de la segunda venida de Jesucristo (Su venida). Esta corona como el mismo nombre lo dice se concederá como premio a una “VIDA JUSTA” y a los que cada día “MANIFIESTAN UN AMOR ESPECIAL HACIA EL INMINENTE REGRESO DE JESUCRISTO Y LO ESPERAN”. Son los creyentes que viven en la tierra con la mente puesta en los valores de la eternidad. Esta gran verdad la declaró el apóstol Pablo categóricamente a Timoteo, recordando él (Pablo) sus treinta años de labor como apóstol (36-66 d. C), usando una figura del mundo de los deportes (la lucha o el luchador): como el luchador consideraba  que ha terminado su pelea con éxito y la figura del atleta o corredor: como el atleta también consideraba terminada su exitosa carrera. De hecho de antemano y desde un principio Pablo lo había declarado así en su discurso de despedida en un lugar llamado Mileto (Hechos 20: 24).

4.      LA CORONA DE LA VIDA (SANTIAGO 1: 12; 2: 10; APOCALIPSIS 2: 10)

Esta es la recompensa que espera a los santos que durante su vida terrenal “SUFRIERON” de una manera noble. Esto lo vemos relacionado con las palabras: “El varón que haya resistido la prueba”  y con la expresión a” los que le aman”.  Esta corona no se promete simplemente a los creyentes que soportan el sufrimiento y pruebas; sino a los que durante todo el tiempo en que SOPORTAN LAS PRUEBAS, “AMAN” al Señor  y Salvador. Por tanto el hecho de “AMAR” al Señor y el deseo de que Él sea glorificado en las pruebas y por medio de ellas, llega a ser el doble motivo por el cual el creyente soporta. Los santos que llenen estos requisitos recibirán, “la corona de la vida”: la vida eterna, como lo indica el hecho de que el verbo griego está en futuro: “RECIBIRÁ” (Santiago 1: 12).

5.      LA CORONA DE GLORIA (1 PEDRO 5: 1- 4)

Este premio se promete a los que fielmente “APACIENTAN LA GREY DEL SEÑOR”. Aquellos pastores que apacientan (cuidan) la grey cumpliendo estos requerimientos (requisitos) descritos aquí por el apóstol Pedro recibirán “la corona de gloria” (vr. 2, 3):

  • Cuidando de la grey: un pastoreo responsable (Ezequiel 34: 1-31)
  • No por fuerza, sino voluntariamente: no por obligación sino de buena voluntad como Dios quiere.
  • No por ganancias deshonestas, sino con ánimo pronto: con entusiasmo y no por ambición o ganar dinero.
  • No enseñorearse del rebaño: no ser crueles (PDT), tiranos (NVI), dictadores, autoritarios e imponente (otra traducción) con los que tienen a cargo; sino más bien estar dispuesto al servicio (Mateo 20: 25-28) y entender de una vez por todas que JESUCRISTO es el Gran Pastor del rebaño, que compró con precio de sangre: Su sangre (Hechos 20: 28; Hebreos 13: 20; 1 Pedro 1: 18, 19).
  • Siendo ejemplo de la grey: dando buen ejemplo y siendo modelo en todas las áreas para las ovejas.
  • En otras palabras se requiere disposición, dedicación, sacrificio, humildad, vida ejemplar, transparencia y otros requisitos más que la misma Palabra de Dios describe (Hechos 20: 28; Tito 1: 5-9; 2: 1-15).

CONCLUSIÓN: ¡Gloria a Dios! Por todas estas “CORONAS” que tiene reservadas y preparadas para nosotros Sus seguidores. Serán nuestras si cumplimos, obedecemos y tenemos en cuenta los requerimientos (requisitos) y condiciones que cada una de ellas tienen. ¡Vamos por esas coronas! ¡AMEN QUE SÍ!

Autor: PrediCantor Garys Leandro

Preparado para: www.destellosdesugloria.org

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