La necesidad de orar – Reflexiones

La necesidad de orar

adoracion a DiosAl contarle nuestras dificultades a alguien puede que nos desahoguemos un poco, pero no es lo que solucionara nuestro problema, pues quien tiene el poder para hacerlo es Dios. Por eso existe  una herramienta muy  importante y esa es la oración; tal vez hayamos escuchado miles de veces hablar de ella y puede que reconozcamos su importancia, pero nunca es suficiente cuando de las cosas de Dios se trata, pues debemos cada día tratar de orar mejor que ayer, y no presentarnos ante Dios siempre con las mismas palabras. Orar es hablar con Dios, de la manera más sencilla y humilde, sin vanas palabrerías y repeticiones (Mateo 6:7).

El hablar íntimamente con Dios, no se debe hacer por obligación, pues es una necesidad de todo creyente, y cada quien habla lo que tiene en su corazón, con Dios no podemos ser hipócritas, El lo sabe todo y conoce más que nadie nuestra necesidad, es importante que nos acerquemos a Él por amor y por estar a su lado, más que por interés.

Al acercarnos cada momento a Dios, traerá paz  a nuestra vida, nos reconforta, aumenta nuestra fe, nos llena de gozo y tendremos la satisfacción que le contamos los problemas a la persona indicada, quien además de quitar el nudo en la garganta, nos asegura su compañía, promete respaldarnos y  dar solución a nuestros problemas. Se nos hace tan difícil acércanos a quien nos ha amado tanto, porque le restamos importancia, dándole prioridad a las cosas terrenales, hay que darle el primer lugar a Dios en todo, si queremos que nos vaya bien en la vida.

Muchas personas se les hace más fácil tomar decisiones a la ligera y según su voluntad, porque piensan que Dios no los escuchara y que no los ayudara, si primero consultáramos a Dios en cualquier situación, nos ahorraríamos tantos sin sabores en esta vida.  Algunos  no quieren orar, le cuesta dedicarle un tiempo a Dios y por eso todo se nos hace más difícil. ¨Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.  1 tesalonicenses 5:17-18 (Reina-Valera 1960).

Llorando ante la gente, mostrando tu tristeza y  problemas en tu red social, para que todo el mundo se entere, no te solucionara nada, la salida no es llorar, ni hundirse en el dolor y la oscuridad de tu habitación, la solución es que si estas tiste, preocupado, enfermo, hables con Dios, busca de su presencia, eso es lo que te quitara esa tristeza. (Romanos 12:12)

Hasta el mismo Jesús se sintió triste y preocupado, a pesar de que  sabia todo lo que iba a suceder, pero  busco el refugio perfecto en nuestro padre Dios, cuando oro en el Getsemaní antes de que lo arrestaran.

¨Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse.  Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad. Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. Marcos 14:33-35 (Reina-Valera 1960).

Jesús a pesar de todo su sufrimiento, pidió que se hiciera la voluntad de Dios, debemos seguir ese ejemplo, puede que queramos solucionar nuestros problemas de manera diferente, pero orando conoceremos la voluntad de Dios, quien nos mostrara como resolverlos.

Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora?  Marcos 14: 36-37 (Reina-Valera 1960).

Hay cosas que no queremos vivir, pero a veces Dios permite que nos sucedan porque tienen un propósito el cual nunca será para nuestro mal, aunque no lo entendamos. En oración no trates de imponerle a Dios y mucho menos ordenarle que te de lo que  crees que te mereces,  y peor aun si lo buscas solo cuando lo necesitas. Pues aun sus discípulos no fueron capaces de acompañarlo en oración, se dejaron vencer por la carne, por el sueño, por sus debilidades. Por eso es que vivimos fallándole a Dios, porque no oramos y al no hacerlo el enemigo toma más cancha en nuestra vida, tentándonos y pues como el espíritu esta débil, es muy fácil ceder y caer siempre en los mismos errores.

No nos quedemos dormidos así como Pedro, Jacobo y Juan, aprovechemos cada instante en que podemos adorarle, alabarle y agradecerle, pues no sabemos que será el día de mañana.

El que no ora, el diablo se lo devora.

¨Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.¨ Hechos 6:4 (Reina-Valera 1960).

Autora: Jessica Terán

Escrito para: www.destellodesugloria.org

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