Bosquejo – ¡La gran comisión! – Parte II

¡LA GRAN COMISIÓN! (II)

gran comisionMARCOS 16: 15, 16

INTRODUCCIÓN: la segunda parte de este tema tiene que ver con los “DOS EXTREMOS” y los “DOS LLAMAMIENTOS” en la obra evangelizadora o predicación del evangelio como Jesús lo enseñó en este texto bíblico. Veámoslo a continuación:

1. LOS DOS EXTREMOS

A. LOS QUE CREEN

Estos son los que aceptan el mensaje, algunas veces hacen decisión de fe, entregan su vida a Cristo como su único y suficiente Salvador, son discipulados, bautizados, perseveran hasta el final y obtienen como resultado la salvación (Mateo 24: 13). Así lo enseñó Jesús en la Gran Comisión (Marcos 16: 15, 16). Sin embargo; hay personas que profesan creer pero no están dispuestos a tomar la mejor decisión de sus vidas (entregarse a Cristo y seguirlo)

Analicemos algunos ejemplos:

–       Mateo el publicano: cobrador de impuestos (Mateo 9: 9)

–       Zaqueo el publicano: cobrador de impuestos (Lucas 19: 1-10)

–       Muchas personas (Juan 2: 23-25; 7: 25-31)

–       La mujer samaritana (Juan 4: 13-15)

–       Muchos samaritanos (Juan 4: 39-42)

–       El etíope (Hechos 8: 37)

B. LOS QUE NO CREEN.

Estos son los que no aceptan el mensaje, rechazan a Cristo, no hacen decisión de fe, ni mucho menos están dispuestos a recibirle como su único y suficiente Salvador. Su fin será la condenación y el castigo eterno. Así también Jesús lo enseñó (Marcos 16: 15, 16). Veamos algunos casos:

–       El joven rico (Lucas 18: 18-25)

–       Algunas personas (Juan 6:  64)

–       Algunos judíos  (Juan 10: 20)

Estos son los extremos o grupos de personas que encontramos cuando compartimos el evangelio o cuando lo evangelizamos; por lo tanto no  debemos  desanimarlos al no ver los resultados inmediatos. ¡Hasta los hermanos de Jesús al principio fueron incrédulos! (Marcos 3: 21, 31; Juan 7: 5). Algunos hermanos en la fe dirán: “yo no evangelizo porque la gente no se convierte (son incrédulos)”. Aun así nuestra posición, responsabilidad, compromiso y tarea debe ser el compartir con la gente el mensaje de salvación; lo acepten o lo rechacen. Así lo aprendemos de Noé el pregonero de justicia. Entendamos que nuestra parte sólo consiste en explicar el mensaje de Salvación lo más sencillo y claridoso que se pueda y lo demás lo hace el Espíritu Santo convenciendo de pecado, justicia y juicio al ser humano (Juan 16: 8) y como enseñó el apóstol Pablo: “Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios” (1 Corintios 3: 6)

2. LOS DOS LLAMAMIENTOS

A. EL EXTERNO: el que hace el predicador o evangelizador al invitar a la persona a recibir a Jesús como su salvador, a través de una palabra de oración corta y sencilla (oración de fe): “Señor Jesús gracias por haberme permitido escuchar tu Palabra, reconozco que soy pecador, me arrepiento de todos mis pecados, te recibo como mi único y suficiente Salvador, inscribe mi nombre en el libro de la vida y ayúdame a seguirte hasta el final”. ¡AMÉN!

B. EL INTERNO: el que hace Dios y Su Palabra directa e internamente en el corazón de la persona. De hecho hay cristianos que por iniciativa propia hicieron la decisión de fe. Nadie les predicó, pero el Espíritu Santo estuvo haciendo la obra con ellos personal y eficazmente. También hago referencia con esto del llamado interno a la obra que el Espíritu Santo hace en el corazón del oyente mientras el predicador está exponiendo y explicando el mensaje de Salvación: esta fue la experiencia de Lidia  (Hechos 16: 14)

CONCLUSIÓN: he aquí los dos extremos y los dos llamamientos que hemos estudiado de la manera más sencilla pero edificante y que debemos tener en cuenta cuando realizamos la obra evangelizadora o en la predicación del evangelio así como lo hemos aprendido en esta enseñanza. ¡MANOS A LA OBRA! ¡AMÉN!   

Autor: PrediCantor Garys Leandro

Preparado para: www.destellosdesugloria.org.com

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