Reflexión: El tren de pasajeros

Un Destellito En Las Manos De Dios 

tren de pasajerosDestellito observa con atención la llegada del otoño en América del Sur. Ha salido a recorrer las grandes avenidas para mirar con atención la caída de las hojas de los árboles. Se sienta en un banco pintado color verde y animado por la brisa fresca, saca del bolsillo la libreta que lo acompaña a todas partes, para compartir con sus lectores la siguiente historia.

G.K. Chesterton, inglés, escritor, nació en Londres el año 1874, y falleció durante el año 1936, destacó por ser bien despistado. En cierto día viajaba en un tren de pasajeros, cuando el inspector le solicitó su boleto de viaje. Chesterton revisó cada uno de sus bolsillos sin encontrarlo. El inspector dijo:—Vamos, no se ponga nervioso, no le voy a cobrar otro boleto. —No es pagar otro boleto lo que me preocupa, dijo, sino que he olvidado hacia donde voy.

El Tren De Pasajeros 

En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a donde voy, y sabéis el camino. Juan 14: 2-4. 

La actitud de un viajero es la de alguien que pronto se embarcará. Hace los preparativos habituales, esto es, preparar el equipaje o bolsos de viaje, no olvidar los utensilios personales, pasaporte, los boletos, etc., -es lo que habitualmente hace Destellito- y tiene muy claro hacia dónde va. Chesterton había olvidado hacia donde viajaba, y lo que puede ser una causa que hace reír, causaría sorpresa saber la cantidad de hijos e hijas de Dios Creador que también han olvidado hacia donde iban. Alcanzaron a hacer todos los preparativos para subir al tren de Dios, y se quedaron en eso, desatendieron el destino de su viaje. Jesús sabía hacia viajaba y el propósito de ese viaje, preparar lugar para los pasajeros del tren que habían creído en Él. Y su palabra dice que los hijos saben hacia donde van, y más que eso, saben el camino. Damos gracias al Señor Jesús que aún queda un poco de tiempo para arrepentirse y retomar las actividades abandonadas. Y si usted quiere ser un pasajero para viajar al cielo donde vive Dios, mire a su lado y verá que allí está Jesús, Él ya pago el precio del boleto.

Autor: Enrique Monterroza

Escrito para: www.destellodesugloria.org

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