La Iglesia a la que yo pertenezco

LA IGLESIA A LA QUE YO PERTENEZCO

la iglesiaLa iglesia a la que yo pertenezco:

–     Tiene como único propósito hacer la voluntad de Dios.

–     Los valores que prevalecen son el amor, la verdad y la justicia.

–     Su visión es Jesucristo, su misión obedecerle.

–     Los pecadores no se resisten a la divina presencia del Señor, no pueden verlo y no arrepentirse y sentir temor.

–     Los enfermos entran y sanan.

–     Los endemoniados experimentan la libertad, allí no hay lugar para ataduras ni cautiverios.

–     El tabernáculo no lo encontramos encerrado en cuatro paredes, porque entendemos que el tabernáculo del Señor es nuestro corazón.

–     La adoración no es un Show o una presentación, no está dirigida por un pastor o un líder, está dirigida por el Espíritu Santo de Dios y es Él el centro de atención.

–     La única ley que se exige, es que seamos guiados por el Espíritu, conforme su voluntad y sus designios.

–     El Pastor es el más sabio de los sabios, el mejor maestro, guía y papá espiritual que cualquiera puede tener, “Jesucristo”.

–     Allí no se menciona siquiera, que hay que ofrendar, allí hay convicción por dar con generosidad conforme Él mismo propone en nuestro corazón. No hay necesidad de utilizar estrategias que muevan las emociones o generen una convicción llena de temor para dar conforme Dios quiere que demos. Además, en presencia de nuestro Padre, lo que se recoge entre todos lo compartimos y lo comemos, como Él mismo nos lo indica en su palabra.

–     Allí se ayuda al necesitado, se da al que menos tiene, se consuela al triste, se alienta al caído, se brinda esperanza al que la ha perdido.

–     Hay una confianza absoluta en acercarse a la autoridad principal “Jesús”, porque confiados estamos en que Él siempre nos escucha, sin generar condenación o culpas.

–     No existe preocupación por la falta de recursos, porque sabemos perfectamente quién es nuestro proveedor. No dependemos de los hombres, dependemos del Señor.

–     Sabemos porque somos salvos y a quién le debemos nuestra salvación, a Jesucristo.

–     Sabemos para qué existimos y para quién vivimos, para Jesucristo.

–     No hay esquemas o estructuras que rijan nuestro crecimiento, pues el control de nuestra vida la tiene el Espíritu Santo de Dios, y de Él son los tiempos y los procesos.

–     Toda obra que se lleva a cabo está liderada por el Espíritu Santo, con el único propósito de glorificar a nuestro Dios Padre, en Cristo Jesús.

–     Allí no hay preferencia, no hay favoritos, a todos pobres o ricos, nos aman por igual.

–     Allí no hay envidia, contienda o división, pues nuestro líder nos enseña a estar siempre unidos en amor, a perdonarnos y brindarnos apoyo cuando lo necesitamos. Allí sabemos que el único importante es nuestro Señor.

–     En mi iglesia las ovejas nos sentimos seguras, llenas de vida, de amor y de paz. Todo aquel que quiera venir, bienvenido será, con los brazos abiertos se le recibirá.

“Jesucristo, es la iglesia a la que pertenezco yo”

 Jesucristo, el camino, la verdad y la vida.

Juan 14:6 (Nueva Versión Internacional).

Autora: Marisela Ocampo Otálvaro

Escrito para www.destellodesugloria.org

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