¿Por qué? – Reflexiones Diarias

¿Por Qué?

Hay una pregunta que ha inquietado a grandes y a chicos a lo largo de la historia de la raza humana. ¿Por qué un Dios Todopoderoso permite el mal? ¿Por qué tantos males sociales? ¿Por qué tanta hambre y miseria y niños a lo largo y lo ancho de este mundo sufren por hombres impíos? Si El está sentado sobre la tierra como dice el Salmo 47:8, ¿Por qué no ejerce autoridad absoluta sobre este mundo?

Para auscultar sobre este tema tan debatible, tenemos que remontarnos al Libro de Génesis donde menciona que en el Huerto del Edén, donde moraban Adán y Eva, al Creador se le ocurrió poner un árbol llamado “de la ciencia del bien y del mal”. Leemos en Génesis 2:16-17, “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.”

Dios había sido claro con nuestros primeros padres; había una orden específica. De todos los arboles podrían comer, excepto de este árbol. Por ende, podemos entonces determinar que ese árbol era un laboratorio de prueba. Adán y Eva tendrían que elegir entre el amor y la rebeldía, la justicia y la maldad, la obediencia y la desobediencia. El hombre tuvo alternativas, nunca Dios ha querido que el hombre le sirva como un robot, sino les dio libre albedrio para escoger entre la vida o la muerte. El hombre escogió desobedecer y de ahí todas las consecuencias del pecado que nos alcanzan hasta el día de hoy. El pecado entro al mundo y con el pecado, la muerte; Dios tuvo que poner fin a la existencia permanente del hombre en la tierra (Génesis 3) ¡El pecado es la raíz de todos los males sociales!

Con todo y este panorama desastroso, Dios había hecho un plan. El no permitiría que su máxima creación, el hombre, se perdiera para siempre. Dios orquestó un plan de salvación para la humanidad no importando que el que muriera en la cruz fuera su Hijo Jesucristo, su mayor tesoro. El hombre se convirtió en hijo de Adán, e hijo del pecado, pero a través de este sacrificio en la cruz, una vez acepte a Cristo como Salvador personal, vuelve a la posición de hijo de Dios como al principio.

Quiera Dios que esta reflexión te haga recordar que no importa lo bueno o lo malo que te suceda (Romanos 8:28) todo obrara para tu bien; pues aun en ese día malo, veras a Dios obrar para tu bienestar y a tu favor. A Dios nada lo toma por sorpresa y tiene absoluto control sobre tu vida y la mía.

Autora: Lucy Carmona

Escrito para www.devocionaldiario.com

COMPARTE


Ahora puedes comentar con tu cuenta de Facebook: