Reflexión – Di que sí

DI QUE SÍ

“Pueblo mío, escucha mis enseñanzas; atiende a mis palabras”.

Salmos 78:1 (Traducción en lenguaje actual)

¿Cuándo fue la última vez que le dijiste que sí a Dios? ¿Recuerdas el día en que le dijiste sí Señor, obedeceré? Obedecer es una palabra que abarca mucho. Obedecer con el corazón es la mejor medicina para el alma. Sé que algunas veces cuesta, sobre todo cuando va en contra de nuestros deseos. Sin embargo, luego de decirle sí a la obediencia se siente una satisfacción inigualable.

Sabías que obedecer a DIOS es el acto más hermoso que existe. Existen muchas razones por la que lo es, hoy te diré algunas:

Tener el visto bueno de nuestro creador es ir al éxito de aquel proyecto que estas emprendiendo

Ir con la bendición de nuestro Salvador, es como ir con las suficientes provisiones para una semana en el desierto.

Obedecer es decirle a la vida pero no a una cualquiera sino a una VIDA LLENA DE ABUNDANCIA.

Dios necesita que seamos obedientes para que se pueda cumplir el propósito de nuestras vidas.

Imagine que está conduciendo y de pronto se ve en la disyuntiva de tener que escoger un solo camino; si toma el de la derecha obtendrá un determinado resultado y si toma el de la izquierda el resultado será totalmente distinto. Sin embargo, su decisión podría determinar su permanencia en la Tierra.

Lo mismo sucede cuando toma una decisión sin tomar en cuenta a Dios. Aunque no lo crea, ya le está desobedeciendo ya que él nos dice que debemos incluirlo en todos los aspectos de nuestra vida. Él es nuestro creador, él fue quien nos creó y sabe perfectamente lo que nos conviene y lo que no.

Es muy triste ver el caso de muchas personas que se lamentan por tener la clase de vida que tienen. Si nos ponemos a indagar llegaremos a la conclusión de que aquellas personas nunca tomaron en cuenta a Dios, por el contrario, lo ignoraron y como nuestro Padre es respetuoso de la libertad que nos dio no interviene mas una y otra vez nos manda señales para que reacciones. Desafortunadamente no hacemos caso a esas señales y emprendemos un viaje del cual no sabemos cuál será su paradero.

RECUERDE QUE TENEMOS LA LIBERTAD DE HACER LO QUE NOS PLAZCA PERO NO TODO CAMINO LLEVA A UN BUEN PARADERO. DEJE DE DECIRLE SÍ A SU PROPIA PRUDENCIA Y DÍGALE SÍ A SU CREADOR.

Autora: Estephany Cordova V.

Escrito para www.devocionaldiario.com

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